El director ejecutivo de SpaceX y de Tesla, Elon Musk, cada vez se involucra más en asuntos geopolíticos y preocupa a Washington, especialmente por sus opiniones sobre temas de agenda que salpican a Rusia y China, las dos potencias emergentes que cuestionan el liderazgo mundial de Estados Unidos.
Musk, el hombre más rico del mundo en la actualidad, se expande comercialmente por el mundo y representa una figura ambivalente para el establishment. Si bien logró reactivar el programa espacial estadounidense vía Space X, sus opiniones sobre c la guerra en Ucrania o la crisis en Taiwán pusieron en duda la confianza del gobierno de Estados Unidos en el multimillonario.
Es por este motivo que varios legisladores de Estados Unidos lo llamaron "demasiado poderoso e imprudente", según informó The Washington Post en un artículo que detalla el vínculo del magnate con el gobierno federal. Éste incluye una alianza de dos décadas que le permitió a Estados Unidos establecer el dominio global en el espacio, apostar por los autos elécticos y ganar terreno en el rubro de tecnología.
El creciente poder de Musk tiene que ver con que es virtualmente una potencia mundial en si misma: un ejemplo son los 3.000 satélites alrededor de la Tierra que Musk posee y controla, una cifra mayor que la de cualquier estado-nación. Por esto es que los líderes occidentales no fueran ajeno a sus declaraciones "para solucionar la crisis" en Ucrania o Taiwán, e incluso varios se preguntaron si los intereses comerciales de Musk podría afectar su mirada sobre asuntos exteriores, considerando la posibilidad de que invierta en Rusia.
Las opiniones de Musk sobre la guerra en Ucrania
A través de sus redes sociales, Elon Musk opinó sobre los escenarios de conflicto internacional actuales y provocó inquietud en Estados Unidos y sus aliados. Especialmente luego de que diera una "solución pacífica" a la guerra entre Rusia y Ucrania, el conflicto bélico que divide a la opinión pública mundial, para evitar una "guerra nuclear".
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En tanto, para lograr la paz en Ucrania el director de Tesla sugirió un plan que incluye "repetir las elecciones en las regiones anexionadas bajo la supervisión de la ONU (y que Rusia se retire si esa es la voluntad del pueblo); el reconocimiento formal de la península Crimea como parte de Rusia; que el suministro de agua en Crimea esté garantizado; y que Ucrania se mantenga neutral".
Además, otra de sus ideas fue suspender el financiamiento de las terminales Starlink en Ucrania, lo que también irritó al propio presidente del país, Volodimir Zelenski, quien salió a criticar al multimillonario en Twitter. "¿Qué Elon Musk les gusta más?", publicó el jefe de estado ucraniano en un tuit en el que les preguntó a sus seguidores y elegían a un Musk que "apoyara" a Ucrania o a Rusia.
Estas opiniones, sumadas al vínculo comercial con China (donde hay varias fábricas de Tesla), alejaron al multimillonario de Washington, adonde en el pasado viajaba asiduamente por cuestiones de trabajo y para reunirse con políticos incluyentes, quien además tiene trato directo con presidentes y primeros ministros extranjeros, según el citado medio estadounidense.
Si bien Musk tiene un vínculo de larga data con Washington, la exclusividad no está garantizada, considerando su acercamiento comercial a otros países, entre ellos Rusia. Esto asimismo incluye la venta de sus cohetes y tecnología aeroespacial de última generación a varios países, entre ellos Corea del Sur, Turquía.
"Debido a que Musk tiene inversiones comerciales en China y, según informes rusos y de otros medios, dijo el año pasado en un evento para estudiantes patrocinado por el Kremlin que estaba planeando invertir en Rusia, varios altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos se preguntan si los intereses comerciales de Musk afectan sus puntos de vista sobre asuntos exteriores", reza el artículo.
La dependencia de Washington hacia Elon Musk
Elon Musk nació en Sudáfrica pero se radicó en Silicon Valley en 2002, desde donde construyó su imperio. Su vínculo con el poder político comenzó en 2008 luego de la firma de un multimillonario contrato con la NASA, para recibir financiación para crear SpaceX, a cambio de revitalizar el deteriorado programa espacial de Estados Unidos.
Sin embargo, actualmente el empresario es cada vez más crítico con el gobierno estadounidense, a tal nivel de que anticipó que votará a los republicanos en las elecciones de medio término de noviembre. A medida que crece su poder, Musk se expande por el mundo mientras que Estados Unidos todavía depende de él.
"El Ejército estadounidense utiliza sus cohetes y servicios de comunicaciones por satélite para sus drones, barcos y aeronaves. Actualmente la NASA no tiene forma de llevar a los astronautas estadounidenses a la Estación Espacial Internacional sin su cápsula espacial. Y, en un momento en que el cambio climático es una de las principales prioridades de la Casa Blanca, tiene más autos eléctricos en las carreteras de Estados Unidos que cualquier otro fabricante", dice el artículo.
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Si bien Washington intentó disminuir esta dependencia mediante otras compañías, es consciente de que no le conviene enemistarse con Musk, tal como hizo Joe Biden al no invitarlo a una conferencia de la Casa Blanca sobre vehículos eléctricos en agosto de 2021. En una absurda represalia, además de criticarlo Musk se dedicó luego a echar luz sobre cada "metida de pata" de Biden en sus apariciones públicas.
"“Se ve a sí mismo por encima de la presidencia. Deberíamos estar preocupados, no porque sea inevitable que su influencia sea negativa, sino porque es inevitable que sea una gran influencia", concluyó Jill Lepore, una historiadora de Harvard experta en Elon Musk.