Elon Musk logró cerrar un gran acuerdo comercial con Tesla, la empresa fabricante de vehículos eléctricos, que le permitiría cobrar un paquete salarial de 1.000.000.000.000 de dólares por permanecer en la compañía durante, por lo menos, siete años y medio más. Esto lo convertiría en el primer billonario del mundo.
Para llegar a ese punto, la junta directiva de la corporación debió juntarse con Musk innumerables veces y recibir la ayuda de seis asesores externos. El magnate los amenazó con renunciar si no recibía determinadas garantías y el comité, por su parte, le exigió alejarse de la política para comprometerse más intensamente con los objetivos comerciales de Tesla.
La presidenta Robyn Denholm y la directora Kathleen Wilson-Thompson, que integraban el comité especial de remuneraciones de la compañía, se encontraron con el multimillonario dos veces, para entender que visión tenía de Tesla y que remuneración sería más motivadora para él. Eso les permitió armar el acuerdo salarial tomando como base parámetros relacionados a cuatro temas fundamentales: la tecnología de conducción autónoma total, el crecimiento de la flota de vehículos, de Tesla, los robots y los robotaxis.

El resto de los encuentros se concentraron en establecer el paquete salarial del directivo y entender que se necesitaría para poder seguir con las charlas. El magnate pidió que se le concediera, por lo menos, el 25% de los derechos de voto de la empresa, y que se le abonara por los servicios que había realizado en el pasado.
Según el documento que se conoció públicamente, donde quedaron registradas todas estas tratativas, el multimillonario “también planteó la posibilidad de dedicarse a otros intereses y abandonar Tesla si no recibía esas garantías. El comité debatió y evaluó estas posiciones a lo largo de las negociaciones y determinó que la opinión de Musk era sincera”.
Hicieron falta 37 encuentros más, de las que participaron importantes abogados, además de reuniones informales donde intervinieron asesores externos a Tesla.
Estas discusiones se pusieron realmente intensas 7 meses atrás, cuando el empresario colaboraba con el equipo del Departamento de Eficiencia Gubernamental creado por el presidente Donald Trump, mientras que sus proyectos fuera de Tesla (SpaceX, xAI y Neuralink) lograban alcanzar valoraciones cada vez más altas.

Los inversores de Tesla consideraban que la implicación del magnate en política perjudicaba a la empresa, por eso el comité que negociaba con él le pidió garantías claras de que reduciría, “de manera oportuna”, su trabajo en esa área. Por otra parte, les generaba mucha ansiedad que la “carrera por conseguir los mejores talentos en inteligencia artificial, incluso mediante paquetes de compensación de nueve cifras”, hiciera que Tesla perdiera a Musk y otras personas valiosas, que trabajaban en temas relacionados con la Inteligencia Artificial (IA).
Por culpa de las dudas, los cuestionamientos y las renegociaciones, el proceso para definir el nuevo paquete de compensación de Musk se alargó tanto que la junta le pidió a Tesla que retrasara su reunión anual para poder terminar su trabajo de manera eficiente.
Para agilizar el procedimiento, el comité le pidió a la consultora especializada en compensaciones “Infinite Equity” que hiciera un estudio de otros 113 directores generales de empresas públicas norteamericanas para definir cómo les habría ido en comparación con la recompensa obtenida por Musk en 2018, en la que se basa su nuevo paquete salarial, y los doce puntos a lograr.
El resultado fue que ninguno de los directores ejecutivos habría logrado más de tres tramos de la bonificación en cinco años, periodo en el cual Musk logró cumplir los doce. Según este estudio, si el plazo se hubiera extendido a siete años y medio, solo Jensen Huang, CEO de Nvidia, habría logrado cumplir los objetivos.
El comité también evaluó pedirle a un especialista que definiera la dificultad de los hitos de capitalización bursátil correspondientes a la nueva remuneración del magnate, que oscilan entre los 2 y los 8,5 billones de dólares, pero luego decidieron que ningún experto “podía ser totalmente independiente debido a conflictos de intereses”.

La nueva propuesta salarial se basa en acciones restringidas que le dan a Musk derechos de voto adicionales apenas las obtiene, en lugar de tener que esperar a su consolidación, un punto fundamental para que el empresario logre ese 25% de control que exigía.
Las participaciones actuales de Musk, incluyendo su paquete de hace siete años atrás, tendrían un valor que superaría los 1,5 billones de dólares, pero solo si la compañía logra alcanzar sus objetivos de capitalización bursátil.

Los beneficios que obtendrá Elon Musk de Tesla gracias a su nuevo acuerdo laboral
Según el nuevo paquete, el magnate recibirá 423 millones de acciones, el 12 % del capital de Tesla, si la empresa cumple los 12 niveles de objetivos planteados. Las metas principales a lograr son:
- Aumentar la capitalización bursátil de Tesla hasta 8,5 billones de dólares (en la actualidad es 1,09 billones).
- Lograr 10 millones de suscripciones a conducción autónoma.
- Registrar y manejar 1 millón de robotaxis.
- Vender 1 millón de robots con inteligencia artificial.
- Vender 12 millones más de vehículos eléctricos.
Este esquema es similar al histórico acuerdo de 2018 que le dio a Musk 56.000 millones de dólares en opciones sobre acciones de Tesla. Sin embargo, el trato fue anulado en 2024 por un juez de Delaware, quien explicó que la relación entre el consejo de la compañía y el magnate era demasiado cercana y el paquete otorgado era "excesivo".