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Empresarios piden a Trump revisar la política inmigratoria

Grupos económicos quieren que revise su amenaza de deportar a millones de personas, lo que “devastaría” la economía del país.

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fuera. En campaña dijo que crearía una fuerza especial para las deportaciones de inmigrantes. | ap

Washington

Tomada por sorpresa por la victoria de Donald Trump, la comunidad empresarial de Estados Unidos ha comenzado a presionar al magnate para que abandone sus promesas de deportaciones masivas y otras políticas inmigratorias que los ejecutivos temen puedan perjudicar la economía.

La iniciativa, liderada por un grupo que cuenta con el respaldo del multimillonario neoyorquino Michael Bloomberg y el magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch, está dando sus primeros pasos mientras el mundo empresarial intenta entender las verdaderas intenciones de Trump sobre uno de los temas que definieron su incendiaria campaña a la Casa Blanca.

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Dudas. Organizaciones como la Cámara de Comercio de Estados Unidos dudan de que el republicano vaya a crear realmente una fuerza de deportación, como sugirió antes de su triunfo en las urnas, para expulsar a los aproximadamente 11 millones de migrantes que se estima están en el país sin los permisos necesarios.

Pero otros están formando equipos con funcionarios públicos y líderes de la industria en estados clave para animar a Trump a adoptar una política inmigratoria más benevolente, aunque sea en nombre del desarrollo económico, si no de la compasión humana.

“Esta elección mostró claramente que los estadounidenses están extremadamente frustrados con nuestro sistema inmigratorio roto”, dijo Jeremy Robbins, director ejecutivo de New American Economy, un grupo en cuyo directorio están Bloomberg, Murdoch y líderes de los gigantes Marriott, Disney y Boeing. “Pero sería un error equiparar su deseo de que alguien asegure la frontera con el apoyo a la deportación masiva u otras políticas de línea dura que podrían devastar la economía y socavar los valores estadounidenses”.

Sin embargo, la decisión de Trump de postular como fiscal general al senador Jeff Sessions, partidario de la “línea dura” en materia de inmigración, adelanta problemas para quienes piden un nuevo enfoque.

Sus seguidores presionan para que el presidente electo no cambie su línea, porque “perdería credibilidad”, dice Dan Stein, titular de la Federación para una Reforma a las Leyes de Inmigración, que defiende políticas migratorias rígidas.