La policía junto con expertos en explosivos intentaban detonar, en forma controlada, los explosivos que se encontraban en la casa de James Holmes, el joven de 24 años, autor de la masacre en un cine de Denver que dejó 12 muertos y 58 heridos.
Fuentes policiales habían informado que el departamento tiene un sistema de detonantes "muy sofisticado", equipado con "elementos inflamables o explosivos” por lo que era inminente realizar una detonación controlada para comenzar con la desactivación de las bombas.
“Logramos superar la primera amenaza”, afirmó a la Agencia AFP el sargento de la policía Carlson Cassdinee. Las trampas tenían el propósito de matar a la primera persona que entrará al apartamento, indicó.
Afortunadamente la primera detonación fue satisfactoria, pero todavía queda mucho trabajo por hacer en el departamento del asesino ya que aún quedan varios explosivos peligrosos en el lugar. "Hay un montón de cables, frascos llenos de municiones, frascos llenos de líquidos. Tenemos un gran desafío", precisó Cassadine.
Según publicó el portal Denverpost.com los técnicos en explosivos explicaron que en el living de la casa se encontron con 30 artefactos explosivos improvisados del tamaño de pelotas de softball, para lo cual utilizaron un dispositivo con agua para poder desactivarlos.Para realizar la tarea, enviaron un robot al interior del lugar el cual mojó con agua los explosivo ocasionando una pequeña explosión que permitió a los expertos ingresar al departamento.
Según fuentes policiales ya no quedan en el lugar explosivos que puedan detonarse en forma imprevisible, por lo que evalúan la posibilidad de que ingresen los funcionarios al departamento para comenzar con la investigación del lugar.