Las encuestadoras brasileñas quedaron ayer nuevamente en el centro de la disputa política, luego de que la autoridad electoral frenara una investigación policial solicitada por el gobierno del presidente Jair Bolsonaro, quien las acusa de manipular los números para perjudicarlo.
Los institutos de sondeos enfrentan una ofensiva por parte del presidente ultraderechista y sus aliados, por subestimar el fuerte apoyo que Bolsonaro recibió en la primera vuelta de las presidenciales frente al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
La Policía Federal abrió una investigación el jueves tras una solicitud del Ministerio de Justicia, que señaló a las encuestadoras por posibles “prácticas delictivas” en la difusión de sondeos de opinión, según informó la prensa local.
Además, el Consejo Administrativo de Defensa Económica, órgano que vela por la libre competencia, inició su propia investigación para determinar si las encuestadoras actuaron como cartel para “manipular” las elecciones.
Ambos procedimientos fueron anunciados la víspera de la publicación ayer de una nueva encuesta de Datafolha, que la semana pasada mostraba a Lula en la delantera para el balotaje del 30 de octubre, con 49% de las intenciones de voto, contra 44% de Bolsonaro.
El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, suspendió las investigaciones afirmando que los organismos están “usurpando” las funciones de la justicia electoral, y que sus decisiones muestran una posible intención de favorecer al mandatario.
Los procedimientos “parecen demostrar la intención de satisfacer la voluntad electoral” de Bolsonaro, escribió Moraes, quien, como magistrado también de la corte suprema, conduce varias investigaciones que involucran al presidente y sus aliados.
Además ordenó a la fiscalía electoral investigar esas acciones por posible “abuso de poder” y “desvío de finalidad en el uso de organismos administrativos”.
Bolsonaro criticó ayer la decisión de Moraes. “Las encuestadores van a seguir mintiendo y con esas mentiras, ¿cuántos votos arrastran para el otro lado? Las personas generalmente votan a quien va ganando”, dijo durante una entrevista con canales de YouTube dedicados al fútbol.
En la víspera de la votación del 2 de octubre, el expresidente de izquierda superaba a Bolsonaro en los sondeos por un margen de hasta 14 puntos porcentuales en las intenciones de voto.
Pero la diferencia en las urnas fue significativamente menor: Lula cosechó 48,4%, dentro del margen de error, mientras que el presidente ultraderechista logró un 43,2%, lejos del máximo de 37% atribuido en los meses previos por institutos de reconocida trayectoria en Brasil como Datafolha e Ipec.
Luciana Chong, directora de Datafolha, advirtió que las encuestas “no anticipan resultados” y atribuyó la diferencia a una migración a última hora de votos hacia Bolsonaro de electores que indicaban que todavía podían cambiar de opinión.