Hasta ayer, Kenia y Somalía compartían una endeble paz durante veinte años, luego de una larga historia de conflictos armados y enfrentamientos entre ambos países. Pero las sospechas sobre la responsabilidad de las comunidades islámicas en el sur somalí respecto al secuestro y –en algunos casos, el asesinato- de extranjeros puso un punto final a la estabilidad en la región.
Sin ningún aval de los organismos internacionales, la aviación de Kenia, apoyada por fuerzas pro-gubernamentales somalíes, atacó posiciones de los shebab en Somalía, con el objetivo de expulsar a los rebeldes, a los que tiene por responsables de los recientes secuestros en su territorio. La principal base avanzada se encuentra en Qoqani, a unos cien kilómetros de la frontera entre Somalia y Kenia.
De acuerdo con la agencia francesa AFP, desde el domingo, los shebab, afines a Al Qaeda, multiplicaron las amenazas de represalias, diciendo querer combatir contra Kenia "en todos los frentes". Los insurgentes rechazan toda responsabilidad en los secuestros de cuatro europeos, en septiembre y octubre en el este del país.
Primero la británica Judith Tebbutt fue secuestrada en el archipiélago de Lamu, vecino de Somalia, donde veraneaba junto a su esposo, David, quien fue asesinado en el resort. Poco después, fue capturada la francesa Marie Dedieu. Esta mujer de 66 años, cuya muerte fue anunciada ayer en París, estaba en silla de ruedas y sufría de una insuficiencia cardiaca que había dejado de ser tratada al ser secuestrada.
A su vez, la semana pasada, dos ayudantes españolas de Médicos Sin Fronteras, Montserrat Serra y Blanca Thiebaut, fueron secuestradas en los campos de refugiados de Dadaab, a un centenar de kilómetros de la frontera somalí.
Según los analistas, hasta ahora, Kenia, donde vive una importante comunidad somalí, había encontrado un equilibrio operatorio ante los shebab, que utilizaban a este país como base logística y financiera. Por ello, los rebeldes había evitado todo ataque de envergadura contra Kenia.
Ahora, las fuerzas de seguridad kenianas prevén "una gran operación para limpiar Nairobi de los shebab", según reconoció el ministro adjunto de la Seguridad interna, Orwa Ojode. Una manera, del lado keniano, de reconocer que amenaza de los shebab concierne también a la capital.