El rey Felipe VI de España tiene en sus manos el futuro de su padre, el rey emérito Juan Carlos, sobre quien pesan serias acusaciones por irregularidades fiscales. El ex monarca, ahora de 82 años, es investigado por presuntos actos de corrupción por la Justicia española mientras el gobierno y los partidos políticos debaten tanto sobre su futuro personal como por el porvenir del propio sistema monárquico.
El futuro de Juan Carlos de Borbón "compete fundamentalmente a la decisión que tome el jefe de la Casa Real, que es el actual rey Felipe VI", dijo el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, en una entrevista, en tanto fuentes del palacio deslizaron que barajan la posibilidad de que el rey Juan Carlos abandone el palacio de La Zarzuela, de Madrid, como residencia oficial.
A principios de este año, Felipe VI ya había dado de baja la asignación que el rey padre recibía de fondos públicos y, en marzo, renunció a la herencia que le pudiera corresponder dado los orígenes oscuros de la fortuna del exjefe de Estado. Sin embargo, expertos en asuntos de la monarquía española consideran que su salida de La Zarzuela generaría problemas de seguridad y que su exilio dañaría la imagen internacional de España.
En Suiza, la Justicia investiga si 100 millones de dólares que el rey Juan Carlos recibió en 2008 de parte del fallecido rey saudita Abdallah fue una comisión por la adjudicación a empresas españolas de la construcción del tren de alta velocidad a La Meca. De esta cantidad, don Juan Carlos entregó 65 millones a su ex amiga personal Corinna Larsen "por gratitud". Se cree, además, que Juan Carlos I retiró en efectivo alrededor de entre 100.000 y 200.000 euros al mes de esa cuenta suiza entre 2008 y 2012 para cubrir "gastos personales" no declarados.
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Ninguno de estos reintegros en efectivo fue declarado al fisco español y el dinero era utilizado por los miembros de la Casa Real para pagar regalos, viajes y consumiciones del exmonarca. En 2012, tras el accidente del rey en Botswana junto a su ex amiga Corinna Larsen, el banco suizo Mirabaud trasladó al monarca su incomodidad por la existencia de esa cuenta. Fue entonces cuando Juan Carlos I la cerró y transfirió lo que quedaba en ella, cerca de 60 millones de euros, a Larsen.
Todas estas informaciones fueron calificadas de "perturbadoras" por Pedro Sánchez, que pidió que se hiciera una "distinción clara" entre las informaciones sobre Juan Carlos I y "la situación constitucional del actual jefe del Estado". La Constitución establece la inviolabilidad del jefe de Estado, por lo que impide a la justicia investigar cualquier conducta cometida por el monarca mientras ocupe el trono, pero el presidente está dispuesto a revisar la inviolabilidad del rey: "La Constitución española tiene que evolucionar conforme a las exigencias de ejemplaridad y conducta política de las sociedades".
"No hay espacio para la impunidad"
El recordó en varias ocasiones que en España "no hay espacio para la impunidad" y cree en que la inviolabilidad del monarca y su antecesor es "uno de los preceptos sobre los que se debería de "reflexionar" y ver "qué soluciones" se le pueden dar. "Este es un Gobierno que ha planteado antes y después de las elecciones, ahora con el gobierno de coalición y previamente en solitario, una reforma de la Constitución para revisar los aforamientos de los cargos públicos para que estén circunscritos a su actividad parlamentaria y no a otra", dijo. "Creo que si eso lo defiendo para cualquier cargo público, lógicamente también para el jefe del Estado", agregó al respecto.
El presidente español destaca que los medios de comunicación están cumpliendo con su deber de informar, que el poder judicial está actuando y que la Casa Real marcó distancias con las "supuestas prácticas reprobables" de quien fuera jefe de Estado y rey durante casi 45 años. "Estos tres elementos nos hacen reivindicar que nuestra democracia funciona y que no hay espacio para la impunidad", enfatizó Sánchez. "Dejemos trabajar a la justicia", afirmó el jefe del Ejecutivo.
El Gobierno cerró filas en torno al actual rey, diciendo que "la institución que en este momento representa la monarquía parlamentaria en la figura del rey Felipe VI, está haciendo su trabajo constitucional de manera absolutamente correcta". La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, cree que el papel de Juan Carlos dentro de la Casa Real es algo que "compete fundamentalmente a la decisión que tome el jefe de la Casa Real, que es el actual rey Felipe VI".
¿Abandonará el palacio?
Pedro Sánchez evitó precisar si considera conveniente que Juan Carlos I abandonara La Zarzuela, residencia que el franquismo le concedió cuando se instaló en España con Sofía de Grecia en los años 60, o renunciara al título de Rey emérito (que ostenta desde su abdicación en 2014). El mandatario reconoce, sin embargo, que "hay una Casa Real que claramente se está distanciando de esas supuestas prácticas reprobables" y el gobierno no duda en que se tomarán más medidas para proteger a la monarquía.
Los españoles, mientras sufrían las penurias de la crisis económica, conocieron ese año que el rey se rompió la cadera durante un safari de lujo en el país africano pagado por un empresario saudita, en el que estaba acompañado por Larsen. A ello se sumó un escándalo de corrupción que llevó a su yerno Iñaki Urdangarin a la cárcel. Con su reputación dañada, Juan Carlos cedió la corona a su hijo 2014. En 2019, se retiró de la vida pública.
"La imagen personal de Juan Carlos de Borbón queda muy deteriorada" con estas revelaciones, estimó Abel Hernández, periodista especialista en la Casa Real, quien agregó que su figura "en este momento está peor que cuando los escándalos" previos a su abdicación, en referencia principalmente a los hechos ocurridos en Botsuana en 2012. En los últimos años aumentaron, con el rey ya lejos del poder, las sospechas sobre su fortuna opaca, derivadas de sus lazos con las monarquías del Golfo, empañaron su legado de figura clave de la transición democrática tras la dictadura franquista.
Ante nuevas revelaciones este año, que incluso lo señalaban también como beneficiario de la fundación panameña que en Suiza recibió el dinero saudí, Felipe VI buscó marcar distancia de su predecesor y anunció su renuncia a la herencia personal y le retiró su asignación anual de unos 200.000 euros (219.000 dólares). Fue "un cortafuegos para evitar el contagio de la institución" de la monarquía, señala Abel Hernández.
La monarquía no es el problema
Con respecto a la ciudadanía, sólo el 0,5% de los españoles percibe a la Monarquía como un problema, según se desprende del Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondiente al mes de julio hecho público este miércoles. En el ránking de los principales problemas nacionales, la Corona aparece en el trigésimo primer puesto, muy por debajo de la clase política, que sí aparece en el 'top ten' de las preocupaciones de los españoles ocupando en concreto la séptima plaza, con un 12,2% de menciones.