Asediado por los casos de corrupción, uno de los cuales incluye comisiones ilegales y prostitutas, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, renovó ayer la cúpula del Partido Socialista (PSOE), en un nuevo intento por mantenerse en el poder frente a los pedidos de renuncia que surgen, incluso, desde su propio partido.
Ayer, el mandatario encabezó una accidentada reunión del comité federal del PSOE en su sede madrileña de la calle Ferraz, que se inició de la peor manera: Francisco Salazar, que iba a formar parte de la nueva dirección del partido, tuvo que renunciar ante las denuncias de acoso de mujeres cercanas.
Salazar, un estrecho colaborador de Sánchez, pidió ser apartado después de que el medio digital el Diario.es recogiera denuncias de mujeres socialistas acusándolo de “comportamientos inapropiados” de carácter sexual cuando era su jefe.
“Están siendo días difíciles para todos, sin duda alguna”, admitió el presidente del Gobierno en su discurso al comité federal, donde volvió a pedir “perdón” por haber confiado en los sospechosos de corrupción.
Sánchez descartó dimitir: “El capitán no se desentiende cuando viene mala mar. Se queda a capear el temporal”, afirmó, antes de presentar “trece medidas adicionales para prevenir, para combatir y también para castigar la corrupción”.
El mandatario vive su momento más complicado desde que llegó al poder en 2018, ya que se vio sacudido por investigaciones judiciales a su esposa, Begoña Gómez, y a su hermano, David Sánchez.
Los analistas dudan de que su legendaria capacidad de resistencia le sirva en esta ocasión, ya que su figura está muy dañada.
Dos fieles políticos caídos en desgracia. Los cambios en el PSOE se vieron precipitados por el encarcelamiento preventivo esta semana de su ex número tres, Santos Cerdán, por un escándalo de sobornos a cambio de obras públicas que implica también al exministro de Transportes, José Luis Ábalos. Ambos fueron muy cercanos a Sánchez y determinantes en su ascenso.
Lo más dañino para el PSOE fue la publicación de unas grabaciones de conversaciones en las que los implicados abordan el reparto de coimas por obras públicas, o las cualidades de unas prostitutas a las que les pagaban con fondos del Estado.
En respuesta, los socialistas acordaron que “solicitar, aceptar u obtener un acto sexual de una persona a cambio de una remuneración” sea castigado con “la máxima sanción, que es la expulsión del partido”, según un comunicado.
“Si pensamos que el cuerpo de una mujer no está en venta, en nuestro partido no puede haber cabida para cualquier comportamiento contrario a ello”, justificó Sánchez, tratando de despegarse de la polémica.
Luego del discurso de Sánchez, el comité federal decidió seguir a puerta cerrada, ya que se esperaban varias voces críticas contra el mandatario, en particular la de Emiliano García-Page, presidente del Gobierno regional de Castilla-La Mancha.
García-Page viene reclamando la renuncia de Sánchez. “Quiero oír hablar de salidas, no de escapatorias”, dijo incluso a su llegada a la reunión.
El día anterior, en una entrevista radial, García-Page sostuvo que “no hay salida digna” para Sánchez, y sugirió que los escándalos acaban de empezar solamente, porque quienes acompañaron a Sánchez en su ascenso “lo grababan todo”.
El caso que escandaliza a España. El ex número tres del Partido Socialista (PSOE) en el gobierno, Santos Cerdán, fue enviado a prisión provisional en el marco de una investigación por corrupción donde se lo acusa de pertenecer a “organización criminal, cohecho y blanqueo de capitales”.
Un informe policial conocido hace dos semanas encontró “consistentes indicios” de que Cerdán formaría parte de una trama que recibía dinero a cambio de concesiones irregulares de obras públicas.
Este caso es un duro golpe para Pedro Sánchez, a quien la oposición pide la dimisión, ya que también involucra al exministro y antigua mano derecha del dirigente socialista, José Luis Ábalos, y a un cercano asesor de este último, Koldo García.
Un fallo judicial indicaba que el ex número tres del partido podría haber sido “quien se encargara de distribuir entre los diferentes partícipes” de la trama “las cantidades recaudadas”.
Allí también se revelaron mensajes de celular donde arreglan el pago a prostitutas para fiestas y para complacer a los titulares de las empresas que les pagaban coimas.
Sánchez, quien enfrenta la peor crisis política desde su llegada, ha descartado dimitir o convocar elecciones anticipadas debido al escándalo, y niega que su partido haya recibido financiación ilegal.