Los españoles acudieron a las urnas el 20 de diciembre, entre luces y árboles de Navidad, una situación que podría repetirse el próximo 25 de diciembre, el día más señalado de las fiestas navideñas, si antes no se logra formar gobierno.
No es una fecha aleatoria, sino consecuencia de la elegida por Mariano Rajoy, líder del conservador Partido Popular (PP), para una primera sesión de investidura que tendrá lugar el 30 y 31 de agosto.
La Constitución española fija un plazo de dos meses para investir al jefe del Ejecutivo a partir de esa primera votación en el Congreso de los Diputados. Si no se logra, la ley electoral marca que los comicios deben celebrarse entre 54 y 60 días después. Según todos los cálculos, sería el 25 de diciembre, día de Navidad.
Estupor. La fecha causó estupor en un país que lleva ocho meses sin gobierno y en el que el hartazgo de los ciudadanos se palpó ya en la caída de la participación en los comicios del 26 de junio, que fueron “de facto” repetición de los celebrados el 20 de diciembre.
El Partido Socialista (PSOE) denunció una estrategia de Rajoy para elevar su presión sobre la formación, a la que pide su abstención para poder gobernar tras alcanzar un pacto de investidura con el partido liberal Ciudadanos, cuarta fuerza en el Parlamento español (ver abajo).
Con 137 escaños en una Cámara de 350, el líder conservador necesita ambos apoyos, pero los socialistas reiteraron su rechazo.
“Nuestro ‘no’ a Rajoy es un ‘sí’ al cambio”, escribió ayer en Twitter el líder del PSOE, Pedro Sánchez, un día después de acusar a Rajoy de “poca talla política” por fijar una fecha para la investidura que podría llevar a los españoles a las urnas en Navidad.
“Si se quería hacer esto como mecanismo de presión sobre Pedro Sánchez, es no conocer a Sánchez. Habría sido más razonable colocar unas eventuales terceras elecciones en enero, para no interferir en unas fechas que son muy importantes para las familias”, destacó hoy Miquel Iceta, líder de los socialistas en Cataluña.
Entendimiento. Rajoy insistió ayer en la necesidad de llegar a “un entendimiento” con el PSOE. “Estar diciendo que no a todo no tiene mucho sentido. Sus votos son necesarios para que España tenga gobierno. Espero que se actúe con sentido común”, dijo desde Galicia, su tierra natal.
España cumplió ayer ocho meses sin Ejecutivo y la incertidumbre sigue dominando la vida política. El inicio de las negociaciones entre el PP y Ciudadanos supuso un paso más esta semana en el camino hacia la formación de gobierno, con la firma de un pacto anticorrupción.
Pero los números no cuadran: la suma de los 137 diputados del PP y los 32 del partido liberal de Albert Rivera no son suficientes para que Rajoy pueda revalidar su cargo. Si el PSOE no se abstiene, los españoles se verán obligados a volver por tercera vez a las urnas.
Los expertos coinciden en que una nueva convocatoria electoral podría hundir la participación en las urnas aún más, especialmente en una fecha en la que muchas familias están de viaje o centradas en las celebraciones navideñas, lejos de su rutina habitual.