La política exterior de España en América Latina intenta discretamente tomar distancia de los gobiernos de Cuba, Venezuela y Bolivia, según indicó hoy el diario madrileño El Mundo.
En tanto, el matutino señala que el objetivo del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, es centrar sus esfuerzos en los cuatro países con los que España ha suscrito acuerdos estratégicos, Argentina, Brasil, México y Chile, lo que considera un "cambio de rumbo" de la diplomacia española.
En ese contexto, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, dijo en un coloquio celebrado en la víspera en Madrid que ni él ni Zapatero han visitado Cuba o Bolivia y que tampoco tienen previsto hacerlo.
Asimismo, la recién nombrada secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, no incluyó estos dos países ni Venezuela en la agenda de su primer viaje oficial por la región.
Caracas, sin embargo, sí ha sido objeto de visitas de Moratinos y Zapatero, unos viajes que fueron duramente criticados por el opositor Partido Popular (PP), que repetidamente ha censurado las buenas relaciones de Madrid con los gobiernos de Fidel Castro, Hugo Chávez o Evo Morales.
No obstante, el jefe de la diplomacia española defendió que el gobierno de Madrid busque "el mejor nivel de relación" con Cuba, Venezuela y Bolivia, al igual que lo intenta con el resto de países de la región. Por ello, enfatizó que lo más importante es la interlocución con todos ellos "sea quien sea" el dirigente político que gobierne en cada Estado.
Sin embargo, Moratinos también hizo hincapié en que si hay un entendimiento y una relación más estrecha de España con algún país latinoamericano es con México, Brasil, Chile y Argentina, con los que se han firmado acuerdos estratégicos por separado.
"Si tenemos alianzas o un eje es con estos países", dijo. Agregó que él mismo ha visitado tres o cuatro veces cada uno de ellos.
Según "El Mundo", una muestra de esa supuesta reorientación diplomática son el apoyo a la candidatura de Guatemala -en detrimento de Venezuela- a ocupar uno de los puestos no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU o la anulación por parte de Caracas de un contrato para comprar doce aviones militares españoles.
Sin embargo, esta operación se frustró sobre todo por el veto de Washington, ya que algunos de los componentes de estos aparatos eran de tecnología estadounidense y reemplazarlos por piezas de otro fabricante hubiera resultado demasiado costoso.
Agencia DPA