Agencias
La destreza con la que Estado Islámico (EI) perpetró los sangrientos ataques en París reveló la creciente sofisticación y el alcance de su red yihadista mundial. “Ocho hermanos con cinturones explosivos y rifles de asalto llevaron a cabo el bendito ataque... a la Francia Cruzada”, rezó el comunicado difundido ayer por el grupo terrorista, en el que se adjudicó la ola de ataques, calificado por el presidente François Hollande como un “acto de guerra”.
El texto aseveró que Francia y sus partidarios “se mantendrán en el inicio de la lista de objetivos de Estado Islámico”. “El hedor de la muerte no dejará sus narices, siempre y cuando sigan al frente de la campaña de los cruzados, se atrevan a maldecir a nuestro profeta, se jacten de una guerra contra el islam en Francia y ataquen a los musulmanes en las tierras del califato con aviones de guerra que no les sirven en las calles y los callejones podridos de París”, agregó. En un video difundido en julio, un combatiente del grupo había amenazado a los franceses, al sostener que EI los “matará en las calles de París”.
Los ataques en la capital gala fueron el primer caso en el que EI operó en Europa. Expertos indicaron que el grupo pasó de ejecutar operaciones en Irak y Siria a perpetrar atentados en Occidente. “El paso hacia Francia representa la siguiente etapa de Estado Islámico”, indicó Clint Watts, del Foreign Policy Research Institute. “Ahora veremos que se alejarán poco a poco de las operaciones convencionales e insurgentes en Irak y Siria y se dirigirán hacia la realización de ataques terroristas por parte de su amplia red”, añadió.
Nicholas Kristoff, Premio Pulitzer y columnista del New York Times, consideró que los ataques en París “reflejan un cambio de estrategia de Estado Islámico”. “Solía reclutar combatientes para que viajaran a Siria para construir un Estado. Ahora les ordena destruir otros Estados”, consideró en su cuenta de Twitter.
Desde el ataque de enero contra el semanario satírico Charlie Hebdo, la policía francesa detuvo a varios individuos con supuestas relaciones con EI.
Tras los atentados en París, la amenaza terrorista se convirtió en una espada de Damocles para Occidente.