El presidente Evo Morales se declaró este jueves en huelga de hambre para presionar a la oposición en el Congreso bicameral boliviano y así conseguir la aprobación de una nueva ley electoral que guíe las elecciones de diciembre próximo, medida a la que comenzaron a plegarse otros altos funcionarios en todo el país.
"Frente a la negligencia de un grupo de parlamentarios neoliberales (estamos) obligados a asumir esta medida" del ayuno voluntario, dijo Morales en un discurso pronunciado en el Palacio de Gobierno en La Paz, junto a 14 dirigentes obreros y campesinos que decidieron plegarse a la huelga. El gobernante acotó que "es el mejor momento ahora para obligar al Congreso Nacional, a esos senadores de oposición a que aprueben la nueva ley; es el pedido clamoroso de nuestros hermanos" campesinos y trabajadores.
Previamente un dirigente sindical leyó un documento en que señalaba que "la Coordinadora Nacional por el Cambio (conglomerado de sindicatos oficialistas), la Central Obrera Boliviana (COB) y el presidente nos declaramos en huelga de hambre". Una vez que se instaló el grupo de ayunadores en palacio de Gobierno, en La Paz, la ministra de Justicia, Célima Torrico, anunció que el gabinete de Morales emularía la protesta.
El vocero presidencial, Iván Canelas, no descartó que "algún ministro" se pliegue a la huelga pero descartó que sea todo el gabinete ministerial, pues el aparato estatal no puede paralizarse. En la región central de Cochabamba, el prefecto (gobernador) oficialista, Jorge Ledezma, anunció su adhesión a la huelga de hambre "para que el Parlamento reflexione y apruebe la ley" electoral. Junto a él iniciaron la medida funcionarios y campesinos leales al Gobierno.
Entre tanto, la oposición cuestionó en todos los tonos el ayuno oficialista. "Es ridícula la huelga, quieren garantizar su reelección de manera desesperada porque están enviciados y adictos al poder, quieren quedarse muchos años en el poder para tapar la megacorrupción", afirmó el influyente diputado del derechista partido opositor Podemos, Fernando Mesmer.
Mientras la huelga crecía, el Congreso bicameral continuaba debatiendo de manera ininterrumpida desde el miércoles la nueva Ley Electoral que guiará los comicios venideros, con posiciones divergentes de oficialistas y opositores. De manera paralela, una comisión interpartidaria integrada por el vicepresidente del país, Alvaro García (quien es también presidente del Congreso), los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados y legisladores buscan fórmulas para allanar las divergencias surgidas.
Fuente: AFP