En sus primeros días como rey de España, Felipe VI tendrá que restituir la confianza en el Palacio de la Zarzuela, erosionado por el escándalo del caso Noós, que involucra a su hermana Cristina y a su cuñado Iñaki Urdangarin. Pero también, una de sus prioridades pasará por recomponer el vínculo con América Latina, dañado tras el “por qué no te callas” de Juan Carlos al ex presidente Hugo Chávez y por los últimos fracasos diplomáticos de las Cumbres Iberoamericanas. La Casa Real buscará erigirse nuevamente en el lobbysta estrella de las empresas españolas con inversiones en la región, en momentos en que sus utilidades son clave para la recuperación económica.
Felipe de Borbón es el monarca con más vínculos políticos con el continente. Durante sus años como príncipe de Asturias, asistió a 69 asunciones de jefes de Estado. En esas oportunidades, conoció de primera mano la personalidad de los más importantes líderes políticos latinoamericanos. Su formación académica, que incluye una maestría en Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown, estuvo enfocada en entender la política local. “La relación de Felipe con América Latina seguirá en la misma línea que la de su padre, pero con un renovado intento por reforzar los enlaces a través de la cultura”, explicó a PERFIL Sebastián Balfour, catedrático emérito de Estudios Contemporáneos Españoles de la London School of Economics.
La prueba de fuego de Felipe será en diciembre en Veracruz, México, cuando se celebre la Cumbre Iberoamericana. Allí, el monarca bregará por revitalizar ese foro, tras el fracaso estrepitoso de la última reunión en Panamá, a la que faltó más de la mitad de los mandatarios invitados, entre ellos, Cristina Fernández de Kirchner. “Iberoamérica seguirá siendo una prioridad de la política exterior de España. Las cumbres articulan, en ese contexto, una pieza fundamental. Sin duda, el rey puede contribuir a favorecer ese impulso. Conoce la región y sus principales retos y desafíos”, afirmó Pedro Martínez Lillo, director de la cátedra de Estudios Iberoamericanos de la Universidad Autónoma de Madrid.
José Carlos Ferrera, historiador de la misma casa de estudios, también cree que la Zarzuela focalizará su atención en América. “El nuevo rey se esforzará por mantener y mejorar esa relación, porque puede ser considerado por la opinión pública como uno de sus mejores activos”, comentó a este diario.
Juan Carlos fue el primer monarca español en pisar suelo latinoamericano, donde contó con una gran popularidad. Una de sus últimas gestiones a favor de las compañías españolas fue hace dos años, cuando intentó, sin éxito, evitar la expropiación de Repsol YPF, con una llamada telefónica de último momento a CFK. Felipe, el nuevo responsable de esa relación, mencionó en su proclamación la importancia del vínculo económico. “Con los países iberoamericanos nos unen la historia y lazos muy intensos de afecto y hermandad. En las últimas décadas, también nos unen intereses económicos crecientes y visiones cada vez más cercanas sobre lo global. Pero, sobre todo, nos une nuestra lengua y nuestra cultura compartidas”, declaró ante el establishment español.
Al anunciar su abdicación, Juan Carlos aguardó que su hijo regresara de El Salvador, donde había asistido a la asunción del presidente Salvador Sánchez Cerén. Ahora, Felipe tendrá que reforzar la alianza comercial con las ex colonias, con el objetivo de velar por las inversiones españolas, sin ofuscar a la clase política local.
Participó de un acto con víctimas de ETA
En un acto organizado por víctimas de ETA y de los atentados del 11M, el rey Felipe VI expresó ayer su admiración por las víctimas del terrorismo, al destacar su superación personal y fortaleza moral y su ausencia de deseos de venganza. Además, prometió que junto a la reina Letizia, siempre estará a su lado y nunca olvidará su sufrimiento y dolor.
En su primer acto oficial, el monarca repudió el terrorismo y guardó un minuto de silencio por las víctimas y sus familiares. “Su recuerdo permanecerá en nuestra memoria y en nuestro corazón; y la victoria del Estado de derecho, junto a nuestro mayor afecto, será el mejor reconocimiento a la dignidad que merecen”, afirmó en su alocución. Acompañados por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, los representantes de una veintena de organizaciones de víctimas del terrorismo saludaron a los flamantes monarcas tras el acto.
En un tono más distendido e informal, pidió perdón a los asistentes por convocarlos un sábado y en medio de un “feriado puente”. El 30 de junio, Felipe viajará al Vaticano y se reunirá con Francisco.