INTERNACIONAL
no solo en argentina

Fiscales generales vs. Presidentes: un nuevo ‘clásico’ latinoamericano

Por distintas razones, los jefes de Ministerios Públicos de varios países de la región están enfrentados con sus gobiernos. Pujas de alto nivel.

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Fiscales generales vs Presidentes | Afp y Cedoc

Aunque los motivos varían según el caso, un “clásico” de la política se juega hoy en varios países de Sudamérica: el enfrentamiento entre los procuradores o fiscales generales de dichas naciones y los gobiernos de turno. Investigaciones por corrupción, diferencias políticas y rencores personales se mezclan entre las razones que llevan a los jefes de los Ministerios Públicos a rivalizar abiertamente con los presidentes en cuestión.

En la época de Fernando Henrique Cardoso, un grupo de fiscales brasileños fue bautizado con el nombre de los “tuiuiús”, como se conoce a un ave de pantano que se caracteriza por su dificultad para levantar vuelo. Integraban una corriente renovadora en la Procuración General de la República (PGR), que se mostraba incapaz de derribar a Geraldo Brindeiro, conocido como el “cajoneador general de la República”, a quien FHC sostuvo en el cargo entre 1995 y 2003. Cuando Lula da Silva llegó al poder, los tuiuiús por fin desembarcaron en la dirección de la PGR. Desde allí motorizaron las investigaciones del Mensalão y Lava Jato.

Desde 2013, el procurador general es Rodrigo Janot: el último de los tuiuiús. Janot fue una pesadilla para el PT: investigó y elevó acusaciones contra toda la dirigencia del partido, empezando por Lula. Tras la destitución de Dilma Rousseff, pasó a ser el impulsor de las pesquisas que llevaron a la cárcel a los caciques del PMDB de Michel Temer. Ahora, Janot le apunta al propio presidente: la semana próxima presentaría una denuncia contra Temer por su presunta autorización a un pago de coimas. Según la prensa brasileña, Temer ya inició gestiones para evitar que el Congreso acepte el pedido de Janot para que se abra un proceso en su contra, lo que podría costarle el cargo.

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“El hombre más humanista que ha existido en el planeta es Hugo Chávez”, ha dicho alguna vez la fiscal general venezolana, Luisa Ortega Díaz, una histórica funcionaria chavista cuyo marido es diputado oficialista y su hermano, ex compañero de armas de Chávez. En las últimas semanas, Ortega Díaz se convirtió en el símbolo de las fisuras internas que empieza a sufrir el chavismo. Denunció una “ruptura del orden constitucional” tras el intento de golpe judicial contra el Parlamento en marzo. Criticó la represión policial a las protestas opositoras. Y hoy resiste la pretensión de Nicolás Maduro de celebrar una Asamblea Constituyente.

En Venezuela se habla de un supuesto encono personal entre Ortega Díaz y la primera dama Cilia Flores, con quien la fiscal general lleva un par de años disputándose espacios de poder dentro del Ministerio Público. Ortega Díaz expresa el rechazo de ciertos sectores del chavismo a la deriva “madurista” de la crisis venezolana. Esta semana, la fiscal recibió el apoyo de sus colegas sudamericanos, quienes firmaron un comunicado de “respaldo” a Ortega Díaz y manifiestaron su “profunda preocupación por las declaraciones expresadas públicamente en contra de la labor del Ministerio Público de Venezuela”, en alusión a los comentarios de miembros del gobierno que acusaron a la fiscal de “traidora” y hasta cuestionaron su salud mental.

Aunque su rivalidad con el Poder Ejecutivo no es tan explícita como la de sus pares de Brasil y Venezuela, el fiscal de la Nación de Perú, Pablo Sánchez Velarde, también se ha cruzado con el presidente Pedro Pablo Kuczynski. El primer chispazo ocurrió cuando PPK criticó un acuerdo preliminar firmado entre el Ministerio Público y la empresa corruptora Odebrecht, por el que ésta se comprometió a pagar 9 millones de dólares como “adelanto” de la devolución de las ganancias ilícitas obtenidas en Perú. “Es una vergüenza”, dijo el presidente, a quien el monto le pareció escaso. El fiscal Sánchez no tardó ni un día en salir a responderle: “Yo diría que tiene que conocer mejor los términos del acuerdo. No se trata de una indemnización ni reparación civil, sino de un adelanto”.

En una entrevista con el diario El País, el fiscal Sánchez Velarde afirmó que su oficina avanzará con las investigaciones sobre corrupción “caiga quien caiga”. Cuando le preguntaron si eso alcanzaba incluso a PPK, contestó: “Mi afirmación es global. Nosotros no excluimos a nadie”.