Gustavo Petro asumió este domingo como primer presidente de izquierda en la historia de Colombia, ante miles de personas que apoyaron su plan para transformar un país inequitativo y acosado por la crisis económica y la violencia del narcotráfico.
El exsenador y exguerrillero de 62 años fue investido por el jefe del Congreso, Roy Barreras, durante una ceremonia en la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, en la que también estuvo presente su vicepresidenta, Francia Márquez, la primera mujer de orígenes afro que llega al cargo.
El diseñador colombiano Esteban Sinisterra (conocido como Esteban African) explicó a la revista Semana que el vestido de Francia Márquez está inspirado "en la elegancia que tiene la mujer del Pacífico, que tiene la mujer negra y que también habla de esa diversidad que tenemos en Colombia".
Francia Márquez será la primera vicepresidenta colombiana de raíces afro
En su vestido, Francia agregó una franja blanca que cruzaba su cuerpo, además de ir acompañada, como es costumbre en su vestimenta, con una mochila hecha a mano por comunidades indígenas colombianas, según informó El Heraldo.
El diseñador de 23 años, que conoce a Francia desde antes de que iniciara su carrea política, destacó que a la vicepresidenta le gusta representar con su ropa la riqueza de sus ancestros y la historia de la comunidad afro, y se destacó por ello a lo largo de toda la campaña.
La afrocolombiana Francia Márquez, una activista ambiental que fue madre a los 16 años
"Le he hecho muchos vestidos. Mucha gente le regala telas a ella, entonces yo termino haciendo de esas telas una creación que hable de lo que dice Francia en sus discursos", explicó Sinisterra a la CNN.
El pasado 19 de junio la ambientalista venció el soterrado racismo de Colombia y para llegar al segundo puesto de poder más importante de un país gobernado, hasta ahora, por élites de hombres blancos.
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Pese a que casi el 10% de los 50 millones de colombianos se reconoce como negro, los pueblos afro viven al margen de la política, sumidos en la pobreza (30%) y cercados por la violencia, y la flamante vicepresidenta fue un ejemplo de ello.
En medio de la guerra sucia que atravesó la campaña presidencial, Márquez fue centro de una furia racista y clasista avivada por las redes sociales, donde recibió cientos de comentarios y mensajes relacionados con su color de piel y origen pobre, según el Observatorio de Discriminación Racial en la Universidad de los Andes.
Nacida en una familia pobre del departamento del Cauca (suroeste), Márquez fue madre soltera a los 16 años, huyó de su tierra amenazada de muerte, limpió casas para sobrevivir y estudió derecho antes de abrirse paso en la política.
En 2019 quisieron matarla con granadas y ráfagas de fusil por defender el agua de su comunidad, en una región donde los grupos armados imponen su ley, financiados por el narcotráfico y la minería ilegal. Un año antes, había recibido el Premio Goldman, también conocido como Nobel del medioambiente.
"Los nadie, los que no se nos reconoce nuestra humanidad, los que no se nos reconocen los derechos en este país, nos ponemos de pie para cambiar la historia, para ocupar la política", había advertido en una entrevista en marzo.
Márquez se dio a conocer en esta campaña con un discurso feminista, ambientalista y de izquierda y por su propuesta de "vivir sabroso", una corriente de los pueblos afro que defiende la paz y la armonía con la naturaleza.
ds