Terminó la cuenta regresiva. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció que ya comenzó la intervención militar sobre Libia y hay más de 20 aviones de combate que sobrevuelan la ciudad libia de Bengasi.
A casi dos horas de una reunión con más de veinte líderes mundiales (pero con la ausencia de Rusia y China), el mandatario aseguró que ya hay aviones franceses sobrevolando la ciudad de Bengasi, bastión de los opositores libios, con el fin de impedir posibles ataques aéreos en la región en manos de las fuerzas de Muamar Kadafi.
Las primeras versiones periodísticas indicaban que las fuerzas francesas ya habían atacado a cuatro vehículos militares del regimen libio.
"En acuerdo con nuestros socios, nuestras fuerzas aéreas se opondrán a cualquier agresión de los aviones del coronel Kadafi contra la población de Bengasi. Desde ahora nuestros aviones impiden ataques aéreos contra esa ciudad", afirmó el presidente francés.
A la reunión, que tuvo lugar en París, asistieron, entre otros, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, el primer ministro británico, David Cameron y líderes de países árabes como los Emiratos Árabes Unidos y Qatar.
"Hemos decidido ejecutar la resolución para mantener el alto el fuego inmediato y por el fin de la violencia en Libia", señaló Sarkozy. "Los participantes han acordado que se apliquen todos los medios necesarios, militares en particular, para poner en práctica las decisiones adoptadas por el Consejo", explicó.
En tanto, en Libia, las fuerzas de Kadafi decidieron dar un paso atrás. El dictador anunció ayer un alto el fuego "para proteger a los civiles".
Mousa Kousa, ministro libio de Relaciones Exteriores, aseguró que las tropas leales suspenderán todas sus operaciones y ofreció “abrir vías de diálogo con quienes estén interesados en la unidad territorial de Libia”.
Sin embargo, la Unión Europea, Estados Unidos y la Liga Árabe, no confiaron en los dichos del líder y decidieron darle lugar a la intervención militar.
Esta decisión cuenta con el apoyo de la Unión Europea, Estados Unidos y la Liga Árabe, y fue celebrada por los rebeldes libios.