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Ciudad del Vaticano
En la Vigilia del Sábado Santo, el papa Francisco puso como ejemplo a las mujeres discípulas que fueron humildes y no tuvieron miedo antes de la resurrección de Jesús, al tiempo que pidió “no huir frente a los problemas”. Durante las celebraciones de Pascua, en la que los católicos esperan la resurrección de Jesucristo, el pontífice criticó el “silencio cómplice” y la “indiferencia” ante la “furia yihadista” contra los cristianos, dos días después de la matanza perpetrada por el grupo terrorista Al-Shabaab en Kenia.
El eje de la homilía de Francisco fueron la meditación, la reflexión y la plegaria, y dio gran espacio al concepto de “entrar en el misterio”, que significa “ir más allá de las cómodas certezas, más allá de la pereza y la indiferencia” y “ponerse en busca de la verdad, la belleza y el amor”. Según el pontífice, hay que “buscar un sentido no descontado, una respuesta no trivial a las cuestiones que ponen en crisis la fe, la fidelidad y la razón”. Jorge Mario Bergoglio eligió esta temática para las Pascuas de 2015, en un contexto de violencia contra cristianos y minorías religiosas en Africa, Medio Oriente y Asia.
“En esta noche de vigilia hace bien detenernos a reflexionar sobre la experiencia de las discípulas de Jesús... Por eso estamos aquí: para entrar. Entrar en el misterio que Dios ha llevado a cabo con su vigilia de amor”, afirmó el religioso argentino.
“Para entrar en el misterio es necesaria la humildad, la humildad de agacharse, bajar del pedestal de nuestro ‘yo’ tan orgulloso, de nuestra presunción. La humildad de redimensionarse, reconociendo lo que en efecto somos: criaturas con virtudes y defectos, pecadores que necesitan perdón”, agregó.
Tradición. La ceremonia, una de las más antiguas de la tradición cristiana y cargada de simbología, comenzó con la bendición del fuego y el encendido del cirio pascual, símbolo de Cristo, “la luz del mundo”.
Además de la homilía, el pontífice bautizó a diez adultos: seis mujeres y cuatro hombres. La más joven fue una camboyana de 13 años, y la más grande, una keniata de 66.
En el Vía Crucis, celebrado el viernes, el Papa se había referido al atentado que dejó 150 muertos en Kenia, en su mayoría estudiantes cristianos. “Todos los responsables deben intensificar sus esfuerzos para acabar con semejante violencia”, pidió entonces Bergoglio.
Francisco oficiará hoy en la plaza de San Pedro la misa del Domingo de Resurrección y después leerá el mensaje pascual e impartirá la bendición Urbi et Orbi.