El papa Francisco encabezó hoy el tradicional Vía Crucis de Viernes Santo frente al Coliseo en Roma, el cual tuvo este año un pedido especial por el conflicto con el grupo terrorista Estado Islámico y la persecución religiosa que se vive en el mundo árabe.
Los católicos fueron llamados a “rezar por la abolición total de la pena de muerte”, contra la "profanación bárbara" de los niños víctimas de pederastia y “contra las persecuciones religiosas”.
En el texto leído por el Sumo Pontífice, Francisco preguntó “¿Cuándo será abolida la pena de muerte, practicada todavía hoy en día en numerosos Estados? ¿Cuándo será borrada toda forma de tortura y la supresión violenta de personas inocentes? La sed de tu padre misericordioso que te quería abrazar, perdonar y salvar a toda la humanidad nos hace pensar en la sed de nuestros hermanos perseguidos, decapitados y crucificados por su fe en ti, delante de nuestros ojos, o con frecuencia con nuestra silencio cómplice".
Por ello, el pedido del Papa fue concreto: "Señor, apoya interiormente a los perseguidos. Que el derecho fundamental a la libertad religiosa se expanda".
El Via Crucis citó también el próximo sínodo de la Iglesia Católica, el cual tendrá lugar en el mes de octubre de este año y tratará la cuestión de la familia. Al respecto, la reunión de Obispos en la que Francisco pretende que la Iglesia sea más flexible, espera que sus participantes sean “dóciles ante el Espíritu Santo" para que "logren un discernimiento verdadero."
El conflicto con el Estado Islámico que se vive desde hace más de un año, ha tenido un costado casi oculto en cuanto a la persecución de cristianos dentro del mundo árabe, quienes se han visto obligados a desplazarse o ser víctimas de crueles matanzas.