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Ciudad del Vaticano
“Los mafiosos están excomulgados”, reafirmó ayer el Papa al recibir en el Vaticano a una delegación de peregrinos de Calabria, la región del sur de Italia de la que es originaria la ‘Ndrangheta, considerada actualmente la mafia más poderosa del país, con importantes ramificaciones en el exterior.
Francisco instó a la conversión a aquellas personas que “forman parte de organizaciones criminales, cuyo arrepentimiento y voluntad de servir al bien debe ser clara y pública”. Y remarcó: “No pueden considerarse cristianos y violar la dignidad de las personas. No pueden programar y consumar gestos de violencia contra otras personas o contra el medio ambiente”.
“La Iglesia los acogerá si la voluntad de servir al bien es clara y pública, así como pública fue la elección de servir al mal”, agregó.
A los peregrinos, Francisco los animó a impedir que su tierra sea objeto “irremediablemente” de “los intereses mezquinos” de las organizaciones criminales. “Los gestos externos de religiosidad que no van acompañados de verdadera y pública conversión no bastan para acreditar como creyentes a aquellos que, con la maldad y la arrogancia típicas de los criminales, hacen de la ilegalidad su estilo de vida”, concluyó.
Decir no. Este no es el primer mensaje que lanza Francisco contra la mafia. El Pontífice ya había viajado en julio a Cassano all’Ionio, una comuna calabresa, poco después de que la ‘Ndrangheta asesinara a Nicola “Cocó” Campolongo, un niño de tres años, en un ajuste de cuentas contra su padre. Este suceso conmocionó al Papa, que durante esa visita realizó una fuerte y contundente condena en la que excomulgó a los mafiosos, una declaración calificada como histórica. “La Iglesia debe decir no a la ‘Ndrangheta. Los mafiosos están excomulgados”, sentenció entonces, y repitió ayer.
Recibió a Merkel
Pobreza, migración y la necesidad de hallar una solución pacífica al conflicto de Ucrania fueron temas abordados ayer por Francisco con la canciller alemana, Angela Merkel, a quien recibió en una audiencia privada particularmente larga. Ambos abordaron temas de carácter internacional, como la lucha contra la pobreza y el hambre o la explotación de los seres humanos. En particular, subrayaron su “compromiso para lograr una solución pacífica del conflicto en Ucrania”.
Esta fue la segunda audiencia de Merkel –hija de un pastor luterano y miembro de la Iglesia Evangélica– con el Papa. Poco después, en su tradicional mensaje semanal por internet, la canciller afirmó que creer en Dios le da “apoyo, orientación y confianza”.