El primer barco de alimentos desde que empezó la guerra llegó ayer a las costas de la Franja de Gaza cargado de 200 toneladas de conservas. Comenzó el trabajo de distribución para repartir las donaciones entre los cientos de miles de gazatíes, tras más de cinco meses de conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamas.
El buque de la ONG española Open Arms zarpó el martes del puerto chipriota de Lárnaca, a unos 370 kilómetros de Gaza, remolcando una barcaza de otra organización sin fines de lucro, World Central Kitchen (WCK), del chef español José Andrés. Tras días de travesía por un corredor marítimo abierto por iniciativa de la Unión Europea, con el respaldo de otros países, el navío conectó a un “embarcadero provisional” construido al suroeste de la ciudad de Gaza, de acuerdo a una portavoz de WCK, Linda Roth.
En un comunicado, el ejército israelí afirmó que se desplegaron tropas para proteger la zona. “El barco ha sido sometido a un control de seguridad completo”, añadió el ejército, que remarcó en que no está en contra de la entrada de ayuda humanitaria.
El cargamento de 200 toneladas de víveres cuenta con arroz, harina y conservas, suministrado por World Central Kitchen y representa alrededor de 300 mil raciones de comida. WCK, de la que los Emiratos Árabes Unidos es socio, está cargando actualmente unas 300 toneladas de comida en otro barco en Lárnaca, cuya fecha de salida no fue comunicada. Chipre prepara un segundo buque, “mucho más grande”, declaró el jefe de la diplomacia chipriota, Constantinos Kombos, antes de plantear “un proceso más sistemático con volúmenes más importantes” de ayuda.
Debido a la escasez en Gaza y a que la ayuda que llega por tierra es insuficiente, varios países se sumaron a los esfuerzos para enviar suministros desde Chipre o realizaron operaciones aéreas lanzando paquetes con paracaídas. Sin embargo, las organizaciones humanitarias han advertido que estas formas de ayuda no pueden sustituir a las entregas por carreteras en un momento en que la hambruna es un grave riesgo para la población de este territorio. La ayuda por vía terrestre llega desde Israel y desde Egipto, por el puesto fronterizo de Rafah, en el extremo sur de Gaza, pero es insuficiente.
Mientras tanto, el mundo musulmán entró el lunes en el mes del ayuno sagrado del Ramadán, sinónimo de copiosas comidas en familia cuando se pone el sol. “Vamos a trabajar duro para garantizar que muchos otros buques sigan el ejemplo”, afirmó en la red social X la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
La situación es especialmente grave en el norte de la Franja, devastado por los combates y confrontado a una situación caótica, con saqueos que hacen prácticamente imposible distribuir insumos. “El tiempo apremia” para evitar la hambruna, especialmente en el norte de la Franja, que no recibe suficiente ayuda alimentaria, alertó Cindy McCain, responsable del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
