LONDRES.- Los conservadores liderados por David Cameron se impusieron en las elecciones generales británicas del jueves pero sin lograr la mayoría absoluta, un resultado que sume a Gran Bretaña en la incertidumbre sobre su futuro político. Los 'Tories' lograrían 305 diputados, 21 menos que la mayoría absoluta de 326 de los 650 escaños del parlamento, según una actualización de esta encuesta difundida por las televisiones británicas BBC, Sky e ITV.
Por su parte los laboristas del primer ministro Gordon Brown obtendrían 255 y los liberal demócratas de Nick Clegg, 61, dos menos que en la legislatura saliente, pese a haber sido los que animaron esta campaña.
Más allá de la pequeña variaciòn que puedan mostrar los números finales, será el primer 'hung parliament' (colgado o sin mayoría absoluta) en Gran Bretaña desde 1974, situación que preocupa a los mercados. Cameron, de 43 años, declaró en la madrugada del viernes que estos resultados demostraban que el país quería "un cambio" tras 13 años ininterrumpidos de laborismo.
A punto de concluir el escrutinio, resueltos los votos de 607 de los 650 escaños de la Cámara de los Comunes, el resultado es el siguiente:
El partido Conservador de Cameron logra 288 bancas (36,2%), el Laborista de Brown 241 bancas (29%) y el partido Liberal-Demócrata de Nick Clegg 51 bancas (22,9%). Muy lejos quedan luego varios partidos menores, como el DUP 8 bancas (0,6%), el Nacional Escocés (SNP) 6 bancas (1,7%) y el Sinn Féin (católico norirlandés), con 4 bancas (0,5%).
La participación popular (en el Reino Unido votar no es obligatorio y el día fue laborable) fue del 65% (superando al 61% de las últimas elecciones legislativas de 2005).
En la cámara saliente, los laboristas tenían 345 bancas, los conservadores 193 y los liberales demócratas 63. "Creo que está claro que el gobierno laborista ha perdido su mandato para gobernar el país", dijo tras ser reelegido por la circunscripción de Witney. Sin embargo, varios diputados laboristas se refirieron a la posibilidad de tratar de formar una coalición con los liberal demócratas.
"Las reglas son que si hay un 'hung parliament' no es el partido con el mayor número de escaños el que tiene prioridad, sino el gobierno saliente", declaró a la BBC el ministro de Comercio Peter Mandelson.
En efecto, según la convención constitucional británica, el primer ministro saliente puede dimitir o seguir en el poder para tratar de formar un gobierno y someterlo a la confianza del parlamento. En una comparecencia posterior en Escocia, Gordon Brown prometió "jugar su papel para que Gran Bretaña tenga un gobierno fuerte, estable y de principios, capaz de liderar a Gran Bretaña a una recuperación económica duradera".
Si los laboristas sumaran sus escaños a los de los liberal demócratas, grandes derrotados de estas elecciones, tendrían más diputados que los conservadores.
Clegg, que tendría la llave de ese gobierno de coalición, no descartó la posibilidad antes de los comicios, aunque sugirió que Brown debería marcharse, y condicionó cualquier alianza a una reforma de un sistema electoral que perjudica claramente a los pequeños partidos. El proceso hasta la formación de un nuevo gobierno podría ser largo y complicado, y podría tener consecuencias en la economía del país que se recupera a duras penas de la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial.
De momento, la libra esterlina perdió valor ante el dólar y el euro cuando se publicó el sondeo a pie de urna. Los tres líderes votaron por la mañana, acompañados de sus esposas. Cameron fue el más madrugador, aunque tuvo que retrasar su llegada después de que dos jóvenes se encaramaran al tejado de su colegio electoral. Le siguieron Brown y Clegg, cuya esposa, Miriam González, no pudo sufragar por ser española.
Cameron a quien hasta el año pasado todo el mundo veía ya en el 10 de Downing Street, perdió terreno en los tres últimos meses frente a Brown, de 59, que con una campaña centrada en su capacidad para sacar al país de la crisis esperaba legitimar el cargo que heredó de Tony Blair en 2007.
Al liberal demócrata Clegg, que a sus 43 años rozó unos niveles de popularidad inéditos desde Winston Churchill en 1945, le quedará el consuelo de haber ganado las dos "elecciones virtuales" que se llevaron en cabo en Facebook.
Fuente: AFP