Bogotá- Las familias de tres rehenes de la guerrilla de las FARC comenzaron a preparar sus habitaciones para recibirlos, una muestra de la expectativa que generó en Colombia el anuncio de que los rebeldes ordenaron la liberación de Consuelo González, de Clara Rojas y de su hijo nacido en cautiverio.
En Pitalito, una ciudad del sureño departamento de Huila de donde es oriunda la congresista González, su familia comenzó a preparar el dormitorio, a recopilar las fotografías que le mostrarán y a poner en orden la casa para recibirla.
La cúpula de las marxistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunció el martes que dio la orden de liberar a González, secuestrada desde 2001, a Rojas -rehén desde febrero de 2002- y a su hijo de tres años- como un acto de "desagravio" al presidente venezolano Hugo Chávez.
Chávez realizó durante casi tres meses una mediación para buscar el canje de al menos 45 rehenes de esa guerrilla por 500 rebeldes presos, la cual fue suspendida por el presidente colombiano Álvaro Uribe en forma intempestiva el 21 de noviembre.
Patricia Perdomo, hija de la congresista González, dijo telefónicamente a la agencia AFP que el anuncio de la liberación ha sido un bálsamo para las familias de los tres rehenes, pero también para las de los otros secuestrados que las FARC proponen canjear por 500 rebeldes presos.
"Lo único que tenemos claro es que queremos compartir esta alegría con todos los otros familiares de secuestrados", añadió Perdomo, quien dijo que una de las primeras cosas que planea hacer cuando su mamá sea liberada es ir a poner flores en la tumba de su padre.
Una abuela que de cumplirse el anuncio conocerá a su nieto es Clara González, madre de Rojas. "Agradezco a Dios por esto que está ocurriendo", dijo la anciana a la prensa.
En tanto, el gobierno colombiano dijo que está dispuesto a atender cualquier solicitud de un organismo humanitario relacionada con la liberación de los rehenes.
"Nosotros vamos a facilitar, si nos enteran de cualquier proceso para liberar a los secuestrados no nos vamos a interponer", dijo el ministro de Defensa Juan Manuel Santos.
La decisión de interrumpir la mediación de Chávez generó un conflicto diplomático entre Colombia y Venezuela, que llamó a consultas a su embajador en Bogotá.
En una entrevista divulgada por la agencia de noticias Anncol, el número dos de las FARC, Ra úl Reyes, afirmó ayer que Uribe es el gran obstáculo para la realización de un canje de rehenes por rebeldes presos y que sólo su renuncia inmediata garantízaría la libertad de todos los secuestrados.
"La renuncia inmediata de Uribe junto a todo su gobierno garantizaría la liberación con vida de los prisioneros mediante la firma del acuerdo humanitario", señaló el líder insurgente.
En su declaración, firmada "desde las montañas de Colombia" pero sin fecha precisa, Reyes añadió que con la dimisión del mandatario colombiano "los gobiernos y pueblos amigos del acuerdo humanitario y de la paz de Colombia volverían a ser respetados y reconocidos por sus buenos oficios".
Desde Estados Unidos la congresista opositora Piedad Córdoba, quien impulsó la mediación de Chávez, atizó el fuego al señalar que recibió informes de que un alto funcionario colombiano planeaba un atentado en su contra, que iba a ser realizado en Venezuela.
El alto comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, le respondió desde Bogotá instándola a revelar "de manera inmediata" el nombre de ese funcionario.
Entretanto desde París, el primer ministro francés, François Fillon, anunció que su país está dispuesto a recibir a los guerrilleros de las FARC que sean liberados por Colombia en el marco de una intercambio humanitario.
"El presidente (colombiano Álvaro) Uribe me indicó que deseaba que Francia los recibiera. Francia respondió que estaba dispuesta, con otros países europeos y también de América Latina, a hacerlo", declaró el Primer Ministro a las emisoras Europe 1 y Radio France Internacional.