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Haití: piden a EE.UU. que envíe tropas tras el asesinato de Moise

Las autoridades buscan a los autores intelectuales del crimen, cometido por mercenarios colombianos. Hay dos primeros ministros y un presidente no reconocido.

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Multitud. Cientos de personas se agolparon frente a la embajada norteamericana en Puerto Príncipe en busca de visas para salir del país por temor a los acontecimientos. En Miami hay una colectividad muy grande de haitianos. | afp

Tres días después del asesinato del presidente Jovenel Moise, Haití vive una lucha de poder entre dos primeros ministros y un presidente designado por el Senado, mientras el gobierno pidió el apoyo de tropas e investigadores a Estados Unidos y las Naciones Unidas y trata de definir a los autores intelectuales del crimen en medio de un vendaval de versiones. 

El pedido de tropas, explicó un ministro, es para proteger sus puertos, aeropuerto y otros sitios estratégicos tras el magnicidio. 

“Pensamos que los mercenarios a los que se acusa del crimen podrían destruir alguna infraestructura para crear caos en el país”, dijo el ministro de Elecciones, Mathias Pierre. “Durante una conversación con el secretario de Estado de Estados Unidos y la ONU hicimos esta solicitud”, agregó.

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El Departamento de Estado y el Pentágono confirmaron haber recibido una solicitud de “asistencia de seguridad e investigación” y dijeron estar en contacto con Puerto Príncipe, pero no especificaron si se desplegarían tropas militares.

Una fuente diplomática de la ONU dijo que recibieron el pedido, pero que se necesita una resolución del Consejo de Seguridad para enviar un contingente.

Washington ya dijo que enviará lo antes posible al FBI (policía federal) y a otros agentes a Haití, donde el magnicidio dejó un vacío de poder en la atribulada y empobrecida nación caribeña.

Mercenarios. Mientras, Haití intenta determinar quién ordenó el ataque ejecutado por un escuadrón armado de 28 personas: 26 colombianos y dos estadounidenses.

De ellas, 15 colombianos y dos estadounidenses fueron arrestadas, en tanto tres colombianos fueron abatidos por la policía y otros ocho permanecen prófugos, dijo la policía haitiana. Hay cierta discrepancia en los números con informes de otras fuentes oficiales.

Altos mandos del ejército y la policía de Colombia informaron que al menos 17 ex militares colombianos están presuntamente implicados en el magnicidio. Tras comunicarse con el primer ministro haitiano, Claude Joseph, el presidente colombiano, Iván Duque, dijo que su país ofrecerá “toda la colaboración”, incluyendo una misión de inteligencia en Haití, para dar con “los autores materiales e intelectuales del asesinato”.

Por su parte, Taipéi dijo que 11 de los sospechosos habían sido detenidos en el complejo de la embajada taiwanesa en Puerto Príncipe. 

Incertidumbre. La capital de Haití, paralizada desde hace varios días, reanudaba poco a poco sus actividades ayer, con un mayor número de personas en las calles y el transporte público reactivando gradualmente su servicio, aunque bajo un manto de aprensión.

La gente se apresuró a abastecerse de productos de primera necesidad en los supermercados y a hacer fila en las estaciones de servicio para comprar el propano que utilizan para cocinar, en previsión de más días de inestabilidad. “No sé qué va a pasar mañana o pasado mañana en el país, así que me estoy preparando para los días malos que se avecinan”, dijo Marjory, residente de Puerto Príncipe.

El aeropuerto de la capital, cerrado tras el ataque, reabrió.

En este país de 11 millones de habitantes, más de la mitad de los cuales son menores de 20 años, todos se preguntan cómo pudo ocurrir un ataque fatal contra el jefe de Estado. “Se trata de extranjeros que llegaron al país para perpetrar este crimen. Los haitianos estamos consternados”, declaró un habitante de la capital. “Necesitamos saber quién está detrás de esto, sus nombres, para que la Justicia pueda hacer su trabajo”. 

Varios altos cargos de la policía, responsables de la seguridad del presidente haitiano, han sido citados a comparecer ante la Justicia, anunció el jefe de la fiscalía de Puerto Príncipe, Bed-Ford Claude. 

“Si eres responsable de la seguridad del presidente, ¿dónde estabas? ¿Qué hiciste para evitarle este destino al presidente?”, se preguntó el magistrado. 

Otros incluso sostienen la posible implicación de estos policías. “Moise fue asesinado por sus agentes de seguridad”, dijo el ex senador Steven Benoit.

Profunda crisis. El magnicidio desestabiliza aún más al país más pobre de América, asolado por la inseguridad, que ahora carece de presidente y de Parlamento activo, mientras dos hombres afirman estar al mando y se disputan el cargo de primer ministro y el Senado nombró a un nuevo presidente.

Uno de los últimos gestos políticos de Moise fue nombrar el lunes a Ariel Henry como nuevo primer ministro, en sustitución de Claude Joseph. Henry aún no había tomado posesión del cargo en el momento del asesinato.

Por su parte, el Senado designó como presidente provisional del país a Joseph Lambert, actual titular de la Cámara alta, y niega la autoridad del primer ministro interino, Claude Joseph, quien con el apoyo de la ONU y Estados Unidos está en el poder desde el asesinato del presidente haitiano, Jovenel Moise.

Poco después del atentado, el primer ministro en funciones, Joseph, declaró el estado de sitio durante quince días, otorgando al Ejecutivo mayores poderes. 

Lambert informó que su designación fue avalada por una resolución del Senado, firmada por ocho de los diez senadores que siguen en actividad, que precisa que Claude Joseph fue cesado el pasado lunes de su cargo, en el último decreto firmado por Moise antes de su brutal asesinato.

El Senado estableció que Lambert asumirá la jefatura del Estado hasta el 7 de febrero de 2022, fecha en la que concluye el mandato de Moise, y su primera labor será formar un gobierno de “unidad nacional” con la misión de organizar las elecciones.

Mientras la oposición acusa a Joseph de acaparar el poder, la enviada de la ONU a Haití, Helen La Lime, estimó que él es la autoridad legítima, ya que Henry no ha sido juramentado.

 

 

“Lo acribillaron sin decir una palabra”, dice la viuda del mandatario

Martine Moise, viuda del presidente de Haití asesinado el miércoles, Jovenel Moise, pidió ayer a los haitianos que continúen la “batalla” liderada por su difunto marido, en sus primeras declaraciones públicas desde el ataque en el que ella resultó herida.  “Estoy viva”, dijo en creole, el dialecto haitiano derivado del francés, en un mensaje de audio en Twitter. “Estoy viva, pero he perdido a mi marido, Jovenel”, agregó. El ministro de Cultura y Comunicación de Haití, Pradel Henríquez, confirmó la autenticidad del audio. Moise fue asesinado en su casa el miércoles por un grupo armado de 28 hombres (26 colombianos y dos estadounidenses de origen haitiano), de los cuales 17 fueron detenidos por la policía haitiana y tres fueron abatidos. Martine Moise recibió tres impactos de bala durante el ataque. Fue atendida en un hospital haitiano para los primeros auxilios y posteriormente fue trasladada a Estados Unidos para recibir atención médica más especializada.

“En un abrir y cerrar de ojos, los mercenarios entraron en mi casa y acribillaron a mi marido sin darle siquiera la oportunidad de decir una sola palabra”, dice Martine Moise en el mensaje. Los ataques, sostiene, “vinieron el campo contrario”. Tenían la tarea de asesinar al presidente y su familia por sus proyectos en carreteras, agua potable, referéndum y elecciones. Esos mercenarios asesinaron al presidente, otros quieren matar su sueño y su visión de país, agregó. “Esta es una batalla que él libraba por nosotros, debemos continuar. No los abandonaré”, concluye Martine Moise. El asesinato amenaza con sumir a Haití en el caos y la comunidad internacional pidió al país que mantenga las elecciones presidenciales y legislativas previstas para septiembre y noviembre.