INTERNACIONAL

La momia del penúltimo emperador de Irán hallada entre escombros

Rezah I fue el primer "shah" de la Dinastía Pahlevi y padre del último, derrocado en 1979. Ese año, los ayatollas revolucionarios destruyeron el mausoleo donde estaba sepultado y perdieron el cadáver.

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Rezah Shah Pahlevi gobernó Irán entre 1919 y 1941. | AP

Los esfuerzos de la revolución islámica en Irán por borrar el pasado “occidental” de este país dieron sus frutos pero no fueron suficientes. Un cuerpo momificado encontrado cerca de un santuario en Teherán, capital iraní, podría pertenecer al monarca iraní de principios del siglo XX Rezah Shah Pahlevi, una figura polarizadora cuya reaparición sería problemática para los actuales líderes islámicos del país.

La momia fue encontrada esta semana por obreros que trabajaban en el santuario de Shah-Abdol-Azim, cerca de un antiguo mausoleo real al sur de la capital, donde el sha-an-shah (“Rey de reyes”) había sido enterrado en los años ‘70. Aunque el gobierno ultraconservador iraní rechazó las sugerencias de que los restos pertenecieran al antiguo gobernante, muchos creen que las negativas pueden estar vinculadas al miedo a la nostalgia monárquica en un momento en que la República Islámica lucha por defender sus logros desde la revolución.

Rezah Shah Pahlevi, nacido en 1878, derrocó a la vieja dinastía Qajar, se autocoronó emperador y modernizó su país, cambiando su nombre de Persia por Irán. La construcción de vías ferroviarias, que unieron y comercializaron el país, y la institucionalización de los sistemas educativos fueron algunos de los logros del shah, aunque en 1936 el controvertido decreto que prohibía los velos islámicos -implementado a la fuerza- dividió a la población, de mayoría musulmana. En líneas generales, el monarca sacó a Irán del aislamiento, una línea política continuada por su hijo y sucesor, Mohammed Rezah Pahlevi.

Rezah Pahlevi derrocó a la Dinastía Qajar, se autocoronó emperador y modernizó el país.

En el ámbito internacional, sin embargo, su gobierno no fue tan exitoso. En 1941 Rezah Shah abdicó a favor de su hijo ante la insistencia de las fuerzas británicas que habían invadido Irán después de que el emperador se aliara con la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Shah se exilió en Sudáfrica, muriendo allí en 1944. Su cuerpo fue llevado a El Cairo, momificado y retenido durante años antes de regresar a Irán.

Un gran mausoleo cerca de Teherán conservó el cuerpo del emperador durante años hasta la caída de la monarquía. En 1979 los islamistas vieron el monumento como una afrenta y el clérigo extremista -“ayatollah”- Sadegh Khalkhali, que ordenó las ejecuciones de cientos de personas después de la revolución, encabezó una multitud de partidarios que utilizaron mazos, taladros y otras herramientas para demoler el mausoleo. Khalkhali, más tarde conocido como el "juez colgante" debido a sus infames asesinatos, dijo en sus memorias de que lamentaba no haber encontrado el cuerpo del Shah.

Lo encontraron trabajadores del santuario de Shah-Abdol-Azim, cerca de un antiguo mausoleo real de Teherán.

El shah, enfermo de cáncer, huyó a Norteamérica y no tuvo tiempo de rescatar el cadáver de su padre. Aunque todavía no está confirmado si el cuerpo momificado es el de Rezah Shah, la ubicación del descubrimiento y el parecido entre una imagen de la momia y una fotografía del monarca justo antes de su entierro, en los años '40, dan bastante crédito al reclamo y son una prueba de que los clérigos revolucionarios destruyeron su tumba sin piedad y perdieron el cadáver.

Los cantos en apoyo de la dinastía Shah, que no se oyeron durante décadas, se entonan con fuerza desde principios de este año, en una muestra del descontento público sobre el estado del país bajo los ayatolás. Abbas Milani, director de estudios iraníes en la Universidad de Stanford, cree que la reaparición del sha sería "una pesadilla" para el régimen iraní porque "es un testimonio del hecho de que la historia no está escrita por autoritarios equipados con fuerza, hipocresía, palas y excavadoras".

En enero, miles de iraníes se lanzaron a las calles de Teherán para protestar contra el gobierno autocrático al grito de “¡Sha de Irán, regresa a Irán!”. Aunque la mayoría de los manifestantes no vivió durante la monarquía Pahlevi, muchos iraníes creen que este sistema es la mejor opción ante la corrupción y el absolutismo de los líderes religiosos y seculares que gobiernan el país.

El nieto de Rezah Shah, Rezah Pahlavi II, que hoy vive en los Estados Unidos, escribió en Twitter que está siguiendo de cerca las noticias sobre el descubrimiento y puso fin a los rumores de que el cuerpo del shah había sido sacado del país durante la revolución: "Estamos investigando el asunto y esperamos tener claridad sobre el tema en los próximos días", dijo. "Advierto a los funcionarios [en Irán] contra cualquier secreto y falta de transparencia en su manejo del asunto".

 

(*) Siga al autor en Twitter @dariosilvad