Por ocupar el rol de primera dama en Venezuela, algunos medios venezolanos la comparan con Zulemita Menem en Argentina y con Keiko Fujimori en Perú. Y aunque poco tiene en común con sus referentes latinoamericanas, María Gabriela Chávez Colmenares sí comparte, como ellas, un entrañable vínculo con su padre, Hugo Chávez, a quien describe como “un hombre grande, más allá de todas las cosas”. Ese amor incondicional la catapultó a ocupar un lugar de privilegio en el poder y podría, en un futuro no tan lejano, consagrarla como la más fiel sucesora de su padre a la presidencia de Venezuela.
Así lo sugirió el viernes último el semanario oficialista Las Verdades de Miguel que, desde su editorial, sostuvo que el presidente “mira hacia su entorno más familiar y acaricia la idea de perpetuarse en la figura de su hija”. El medio chavista aseguró que la movida del mandatario busca dejar fuera del camino a su hermano Adán, reciente ganador de las elecciones para gobernador de Barinas, donde sucederá al padre del presidente. En rigor, la publicación peca en forma reiterada por el carácter sensacionalista y el poco fundamento de sus columnas políticas, pero el incondicional apego de María Gabriela a su padre es un hecho reconocido dentro del propio movimiento revolucionario.
“El me enseñó sencillamente a amar. El me enseñó que la vida puede resultar un poco dura y hasta injusta, pero que a pesar de mil adversidades hay que luchar por alcanzar nuestras metas”, escribió en 2002 en un artículo titulado “Mi padre” en la web oficialista Aporrea.org. “Pueden decir lo que quieran, pueden inventar una y mil cosas, pueden culparlo, acusarlo y hasta hacerle daño. Y yo, aunque sufra, cada día de mi vida estaré feliz por haber tenido la maravillosa oportunidad de ser su hija”, dijo María Gabriela.
Con sólo 28 años, la joven siente lo que escribe y escribe lo que siente. Es la segunda hija del primer matrimonio de Chávez con Nancy Colmenares, de cuya unión nacieron también su hermana mayor, Rosa Virginia, y el benjamín de la familia, Hugo Rafael. Y como hermana del medio supo hacerse notar ante su padre convirtiéndose en su más fiel seguidora y defensora.
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