A pesar de la lluvia y de un gasto de US$ 1.200 millones en seguridad, manifestantes y policías se enfrentaron ayer en el microcentro de Toronto, Canadá, donde se lleva adelante la cumbre del G20.
A escasas cuadras del hotel de la delegación argentina, grupos de “demonstrators”, como llaman en Toronto a quienes protestan públicamente, se cruzaron con agentes de policía apostados en las aperturas del doble perímetro de vallas de seguridad que rodea las cuadras centrales de la mayor ciudad de Canadá.
Las consignas de los manifestantes eran sumamente heterogéneas (ecológicas, anticapitalistas, pro-inmigratorias) pero se mancumunaban bajo el grito de “peaceful protest” (protesta pacífica).
Los manifestantes incendiaron un coche de policía en el distrito financiero de Toronto y atacaron instituciones bancarias, tiendas de marcas globales como Armani y Hugo Boss, y locales de McDonald’s y Starbucks.
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