Bagdad - Irak intenta recuperar los preciosos tesoros de la antigua Mesopotamia, robados en diversos museos del país que fueron saqueados en los días que siguieron a la caída del régimen de Saddam Hussein en 2003. Estimulados por las recompensas prometidas, los iraquíes están devolviendo los jarrones, estatuas y monedas antiguas, que datan de los albores de nuestra civilización.
"Nos han traído 594 piezas sólo esta semana", explicó a la agencia de noticias AFP Abdul Zahra al-Talaqani, responsable de Comunicación en el ministerio de Cultura, Turismo y Antigüedades. "Y cada día recibimos más y más", se felicita este hombre en su oficina de la zona verde de Bagdad, el sector protegido en el corazón de la ciudad, donde se reúnen todos los edificios públicos.
Pero el trabajo de recuperación se anuncia gigantesco ya que según las cifras oficiales, al menos 32.000 piezas fueron robadas en el Museo nacional de Bagdad y en los 12.000 lugares con tesoros arqueológicos registrados en todo el país.
El saqueo de estos lugares se produjo en los días posteriores a la llegada de las tropas estadounidenses en Bagdad, cuando la capital se convirtió en una ciudad sin ley en la que todo estaba permitido. Según los expertos, incluso hoy en día, hay lugares en Irak que siguen siendo saqueados porque los tesores no están protegidos como es debido por culpa de la terrible violencia que castiga este país desde hace cuatro años. Para Talaqani está claro que la culpa es de los estadounidenses, que son indiferentes ante los tesoros históricos de este país. "Irak está bañado por dos océanos: el del petróleo y el de las antigüedades. La Fuerza multinacional ha hecho todo para proteger el primero pero no movió un dedo para poner a buen recaudo el segundo. No les acusamos de haber robado nada pero sí de no haber hecho nada para impedirlo", afirma.
Entre los objetos más valiosos que todavía no fueron recuperados está la cabeza de una mujer que data de la época sumeria, es decir de hace más de 5.000 años, que fue desenterrada en la región de Uruk, unos 275 km al sur de Bagdad. También hay un sinfín de platos, copas, estatuas, cuchillos y otros objetos de las épocas babilónicas y asirias, que van del siglo 19 al 7 antes de Jesucristo. Desde 2005, se abrió una caza mundial de estos tesoros del pasado glorioso iraquí.
Con el nombramiento en septiembre de un nuevo ministro de Cultura, Mohammmed Abbas al-Oreibi, el proceso se aceleró. Este responsable convirtió la restitución de obras antiguas en su prioridad y creó un sistema de recompensas que promete hasta 3.000 dólares por las piezas recuperadas. "Pagamos en función del valor de la pieza", explica Talaqani, explicando que hace algunas semanas, un hombre trajo una pieza de oro que data del periodo omeya y es una de las primeras obras esculpidas del mundo islámico y recibió por ello la recompensa más alta.
Paralelamente, equipos de policía fueron formados para vigilar las fronteras e interceptar a los traficantes que intentan vender los tesoros de Irak en los países vecinos. Pero habrá que tener paciencia. Sólo en el museo de Bagdad, fueron encontradas menos de 4.000 piezas sobre un total de 15.000 que desaparecieron en 2003.