El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) afirmó que las condiciones de seguridad en Irak empeoran cada día y calcula que la violencia que se vive en el país obligó a 106.000 familias a abandonar su hogar desde febrero de 2006, tras el atentado contra uno de los mayores santuarios de la comunidad chiíta.
Según precisó el responsable de Operaciones del CICR, Pierre Krahenbuhl, las dos terceras partes de esos desplazados son mujeres y niños.
Además sostuvo que los tres principales problemas identificados son la inseguridad, las restricciones de acceso a la atención médica y el aprovisionamiento de agua y alimentos, según informó el diario El Mundo que cita a la agencia EFE.
Datos del ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) y sus contrapartes a principios de 2007 precisaron que actualmente hay 1,7 millones de iraquíes desplazados internos, mientras que otros dos millones huyeron a los países vecinos.
El representante del CICR dijo también que las numerosas víctimas de los atentados diarios pusieron al sistema sanitario bajo una "tremenda presión" y dijo que son frecuentes los casos en los que los insurgentes entran en los hospitales y, mediante amenazas, exigen al personal atención prioritaria para sus heridos.