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Irán: Con la soga al cuello, se salvó de ser ahorcado en el último minuto

Balal iba a ser ejecutado por asesinato. Pero la madre de la víctima se acercó, lo abofeteó y le perdonó la vida.

La madre de  Abdollah Hosseinzadeh abofetea a Balal y le perdona la vida, en lugar de patearle la silla.
| ISNA

Balal estaba condenado a la horca por un asesinato que cometió cuando tenía 13 años. Se encontraba literalmente con la soga al cuello cuando la madre de la víctima se acercó, le dio una bofetada al condenado y decidió, de esta manera, perdonar al asesino de su hijo.

La escena en la localidad iranía de Noshahr, reflejada por el fotógrafo Arash Khamooshi, de la agencia de noticias estudiantil iraní ISNA, detalla toda la secuencia del perdón que recibió el joven.

Según consigna el diario inglés The Guardian, el perdón de la madre de la víctima es lo que ha permitido que Balal salve su vida. El crimen fue cometido hace siete años cunado Balal apuñaló a Abdollah Hosseinzadeh durante una pelea callejera en la ciudad de Royan.

En aplicación del principio de "ojo por ojo", la familia de la víctima acudió a participar del castigo de Balal. Sin embargo, madre de la víctima se acercó, le dio una cachetada al condenado a muerte y decidió perdonar al asesino de su hijo. Luego de esto, la madre de Balal abrazó a la madre de la víctima. Las dos lloraron desconsoladas. Una porque perdió a su hijo y otra porque la vida del suyo había sido perdonada.

Balal lloró tras el gesto de clemencia, al igual que algunos de los presentes, quienes también aplaudieron. "Ha llorado, me ha pedido perdón. Le he perdonado y eso me ha calmado", explicó después la madre de la víctima al diario local 'Shargh'. "Soy creyente. Antes de conocer la sentencia de muerte soñé con mi hijo. Me dijo 'estoy bien donde estoy y estoy tranquilo' y todo el mundo me pidió que conceda el perdón", agregó.

En Irán, el segundo país con más ejecuciones públicas después de China, la ley permite a las familias de las víctimas participar en la ejecución de los condenados dando el empujón final a la silla del ejecutado. Pero la familia de Abdollah Hosseinzadeh decidió hacer todo lo contrario.

Según la ley islámica, un condenado a muerte puede evitar la ejecución y cumplir su condena en prisión si es perdonado por la familia de la víctima, que recibe una compensación de un millón y medio de riales (50 mil dólares).