Meloni recorta el subsidio por desempleo en Italia: "Hoy, quien quiere trabajo, lo encuentra"
Ya en campaña la líder derechista había prometido que recortaría ese beneficio, y esta semana su ministra de Trabajo afirmó que "ya se desperdiciaron con eso 25.000 millones de euros" con ese subsidio. Quienes seguirán cobrando y los nuevos requisitos.
Giorgia Meloni |
El Mundo
La líder derechista Georgia Meloni, presidenta del Consejo de Ministros de Italia, avanza con una de sus promesas de campaña: el recorte de la "renta ciudadana”, el subsidio de desempleo por poco menos de 800 euros que cobran centenares de miles de italianos. Así se anunció que desde el próximo mes ese subsidio cambiará de nombre "y solo se seguirá pagando a familias que tengan a cargo menores de edad, mayores de 60 años o personas discapacitadas sin posibilidades de acceder a un empleo".
El recorte alcanzaría en principio a unos 160 mil beneficiarios, y ya desató fuertes protestas en distintas ciudades, especialmente en el sur italiano
"Se desperdiciaron 25.000 millones de euros con la renta de ciudadanía. Hoy, quien quiere trabajo lo encuentra", señaló esta semana la ministra de Trabajo de Meloni, Marina Calderone, quien agregó que la eliminación del subsidio alcanzaría a casi 160.000 beneficiarios desde fines de julio.
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El gobierno de Meloni ya había avisado por mensajes de texto y mails a las familias que venían cobrando el subsidio que perderían ese beneficio. Así se anticipó a 159.000 beneficiarios que en agosto ya no recibirán ese dinero, tal como había prometido la premier en la campaña electoral que la llevó al Ejecutivo en 2022, según informó la agencia Télam.
El principal argumento del Gobierno es que las personas consideradas "ocupables", entre los 18 y los 59 años y sin discapacidades, "podrían encontrar trabajo si lo desean y no necesitan una renta". Según los datos oficiales muestran que, si bien la desocupación bajó en junio al 7,4%, se mantiene por encima de la media europea que es del 5,9%.
"Cabe recordar que frente a 112.000 hogares que perciben una renta básica con un componente de edad laboral considerada empleable, en Italia, en estos momentos, se prevé la contratación de 1,5 millones de trabajadores, de los cuales el 48% son difíciles de encontrar", argumentó Calderone.
Medidas compensatorias
Luego de la eliminación de la “renta ciudadana”, Giorgia Meloni busca equilibrar sus políticas con dos nuevas medidas: Por un lado, las personas que el Gobierno llama "ocupables" que no tengan empleo recibirán 350 euros a través del denominado Apoyo para la Capacitación y el Trabajo.
Este programa durará 12 meses, seis meses menos que el de la renta de ciudadanía, y será asignado a las personas y no a los grupos familiares. Así, solo en una familia con tres o más desocupados entre 18 y 59 años la cuenta sería más conveniente con la nueva herramienta, según explican desde el Gobierno.
La nueva medida incluye además otros requisitos como tener ingresos declarados anuales menores a 6.000 euros por familia y ser ciudadano europeo, titular de un permiso de trabajo o familiar.
La otra medida con que el Gobierno quiere reemplazar la renta de ciudadanía es el denominado "subsidio de inclusión", que entrará en vigor a partir de enero para las familias que el Gobierno considera "no ocupables", o sea mayores de 60, menores de 18 o con discapacidad.
Al igual que la renta de ciudadanía que busca reemplazar los 18 meses que contaba el subsidio con la posibilidad de renovarlo por otro año si hay una pausa de un mes en la asignación.
Entre los requisitos el Gobierno introdujo elementos patrimoniales como no tener autos o motos de gran cilindrada, al tiempo que tampoco serán aceptados quienes tengan una propiedad con valor fiscal mayor a 150.000 euros.
Más allá de las críticas de buena parte del sistema político, el Ingreso ayudó durante la pandemia a que un millón de personas no cayeran en la pobreza, según publicó en julio de 2022 el instituto oficial de estadísticas Istat. Así, la medida se convirtió en una fuente de ingreso central para casi cuatro millones y medio de personas, con apenas un 0.28% de irregularidades.
Críticas desde diversos sectores
Las ciudades del sur italiano fue el epicentro de los recortes del programa. La oposición de centroizquierda liderada por Conte afirmó que suprimir la renta básica es desencadenar "una guerra ideológica con la piel de los pobres".
Desde la unión sindical CGIL, el secretario general Maurizio Landini denunció que "el Gobierno recorta los ingresos de 159.000 familias y al mismo tiempo sigue haciendo amnistías fiscales en un país donde uno es pobre mientras trabaja y donde la mitad del país lucha llegar a fin de mes".
En la principal fuerza de centroizquierda, el Partido Democrática, la secretaria general y diputada Elly Schlein rechazó que "a 159.000 familias con dificultades para comer se les avisó que ya no recibirán apoyo contra la pobreza con un SMS. Es brutal", según informó la agencia Télam.
La voz de la iglesia
Marco Pagniello, director de Caritas de Italia, advirtió que la supresión de la renta podría significar "la exclusión de una porción de los pobres".
En la misma línea, Pagniello agregó que "la renta de ciudadanía seguía representando una medida universal de apoyo a las personas en situación de pobreza, como lo son todas las rentas mínimas en los países europeos”. Según planteó al diario de la conferencia episcopal Avvenire, el director de Caritas subrayó: “Ahora existe el riesgo de que alguien se quede fuera y eso nos sigue preocupando”.
Desde su asunción, Giorgia Meloni la ultraderechista fue cumpliendo las promesas de campaña. En las primeras semanas de gobierno introdujo una serie de leyes destinadas a reducir la llegada de inmigrantes y recientemente decretó el estado de emergencia migratoria.
Semanas más tarde, se comprometió a “defender a toda costa los valores de la familia tradicional” y prohibió a los ayuntamientos registrar a los hijos de parejas del mismo sexo.
En el ámbito económico, Meloni se mostró más bien ortodoxa: prometió reducir la colosal deuda pública, aprobó el gasto de miles de millones de euros para ayudar a los italianos frente a la galopante inflación y anunció recortes de impuestos.
Sin embargo, la “madre cristiana”, como suele describirse, atenuó el tono agresivo de sus declaraciones e intenta transmitir una imagen de estabilidad a nivel internacional, apoyando sin titubeos a Ucrania frente a la invasión rusa, como hacen sus aliados.
Las decisiones poco agraciadas para algunos sectores progresistas parecen interceder en su llegada al pueblo italiano. Según las encuestas Meloni incrementó su perfil en un 2.6%.
