Mientras el Consejo de Seguridad de la ONU demora una resolución sobre las medidas a tomar con respecto a Corea del Norte por la prueba nuclear realizada esta semana; Japón decidió aplicar hoy severas sanciones unilaterales como represalia.
En su primera sanción directa, Japón prohibió hoy el ingreso de barcos e importaciones norcoreanas, además de visitas de personas desde ese país, lo cual llevó al régimen comunista de Pyongyang a advertir que tomará "vigorosas contramedidas”.
Las sanciones adoptadas por Japón, donde viven unos 700.000 norcoreanos con intereses y familiares en su país de origen, entrarán en vigencia mañana y tendrán una duración de seis meses.
El embajador norcoreano Song Ilho, encargado de las negociaciones para normalizar las relaciones con Japón, declaró: "Tomaremos vigorosas contramedidas. Nosotros no hablamos jamás en vano". De esta manera afirmó que la respuesta de su país será "de naturaleza más grave" respecto de otros países, a causa del pasado colonialista nipón.
En Nueva York, en tanto, siguió trabado hoy el acuerdo para lograr una sanción contra Corea del Norte en el Consejo de Seguridad de la ONU y el embajador estadounidense, John Bolton, admitió que "persisten las diferencias sobre aspectos importantes de la resolución".
Estados Unidos postula el uso de la fuerza. El nuevo proyecto presentado por Estados Unidos insiste en hacer referencia al capítulo 7 de la Carta de la ONU, que autoriza el uso de la fuerza, algo a lo que se oponen China y Rusia.
Además de condenar el ensayo nuclear y pedir que abandone todo programa nuclear, el texto propone una serie de sanciones, entre ellas el embargo de armas, el congelamiento de fondos, la inspección de barcos de carga y límites para los viajes.
Debido a los reparos manifestados por Rusia y China, Estados Unidos limitó la propuesta de sanciones a congelar fondos norcoreanos vinculados con los programas de armas y misiles del país, pero no mencionó aquellos medios financieros procedentes del lavado de dinero y del narcotráfico.
Según círculos diplomáticos, la nueva propuesta contiene la prohibición de viajar a todos los políticos, funcionarios y expertos de Pyongyang implicados en el programa atómico del país.
A pesar de que los Estados Unidos bajaron el tono del borrador de la resolución, China y Rusia pidieron nuevos cambios, por lo que está en duda de que se pueda llevar a cabo mañana una votación sobre el texto, tal como lo había solicitado norteamérica.
Consultado sobre si considera que mañana se votará el texto, el embajador ruso, Vitaly Ciurkin, respondió: "No estoy para nada seguro".
El representante permanente chino, Wang Guangya, dijo que Pekín quiere "un texto equilibrado", con mayor espacio dedicado a la opción diplomática respecto del proyecto actual.
En tanto, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, instó a Estados Unidos a cumplir el deseo de Corea del Norte de celebrar conversaciones bilaterales, informó la agencia alemana DPA.
"Siempre he sido de la opinión de que debemos hablar con aquellas partes cuya posición queremos modificar, en cuya actuación queremos influir; y por esta razón creo también que Estados Unidos y Corea del Norte deben negociar", dijo anoche ante periodistas en Nueva York.
Mientras todo eso se debate en el Consejo de Seguridad, el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, afirmó hoy que habrá "fiesta nacional" si su país recibe una sanción internacional por el desarrollo de su programa nuclear y reiteró que seguirán con el plan de enriquecimiento de uranio, que es resistido por países occidentales.
"Una nación cuya juventud logra derrotar al enemigo y accede a la energía nuclear pese a negársele toda clase de facilidades, conseguirá llegar a la cima del éxito", señaló hoy el mandatario en un mensaje en Shahriar, una ciudad ubicada al sudeste de Theerán.
En su discurso, el presidente destacó que Irán ha recibido diversas sanciones en los 27 años de su existencia como República Islámica, circunstancia que no le impidió haber alcanzado "abundantes logros", informó la agencia oficial IRNA, y agregó que "no serán las amenazas vacías las que harán retroceder a la nación iraní", en alusión a las presiones de los países occidentales para que abandone el enriquecimiento de uranio, tecnología que permite la fabricación de bombas atómicas.
En su discurso ratificó que el país tiene un programa atómico con fines pacíficos y que es "una gran mentira" la afirmación de que Teherán busca tener armas nucleares.
El viernes último, los cancilleres de Estados Unidos, China, Rusia, Francia, Gran Bretaña y Alemania decidieron enviar la cuestión atómica al Consejo de Seguridad de la ONU para que se apliquen sanciones a Irán por no suspender el enriquecimiento de uranio.