Finalmente, después de tres días de espera, el enviado especial de Naciones Unidas para Myanmar, Ibrahim Gambari, fue recibido hoy por primera vez por el jefe de la Junta Militar que gobierna la antigua Birmania, el general Than Shwe. Horas después, volvió a entrevistarse con la opositora Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz, y luego partió de Myanmar.
Hasta el momento se desconoce el contenido de la entrevista entre Gambari y el jefe de la Junta Militar, que tuvo lugar en la nueva capital birmana, Naypyidaw, 400 kilómetros al norte de Rangún.
El enviado especial de la ONU había manifestado su intención de pedir a la Junta Militar que abra un diálogo con la líder opositora Aung San Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde 2003.
La reunión de 15 minutos entre Bambari y Suu Kyi tuvo lugar en Rangún, la mayor ciudad de Myanmar. Un primer encuentro de más de una hora entre Gambari y Suu Kyi había sido autorizado el domingo.
Ibrahim Gambari, un diplomático internacional de nacionalidad nigeriana con mandato de la ONU para visitar Birmania después de la violenta represión de las manifestaciones contra la Junta Militar, había llegado el sábado a Rangún, pero recién hoy fue recibido por Than Shwe.
Gambari viajó por primera vez el sábado a Naypyidaw, pero se reunió con funcionarios de menor importancia del régimen. El domingo regresó a Rangún, donde había sido autorizado a reunirse con Suu Kyi, quien se ha encontrado privada de libertad durante la mayor parte de los 18 últimos años.
Al anochecer del domingo, Gambari volvió a partir a Naypyidaw, con la esperanza de reunirse ayer con Than Shwe. Pero el emisario fue llevado a la región de Lashio, una zona aislada del nordeste, que había sobrevolado en helicóptero.
Recién hoy por la mañana, Gambari finalmente pudo reunirse con el jefe de la Junta Militar. Antes, fue escoltado hacia un terreno deportivo de Lashio, donde el régimen había reunido a decenas de miles de personas para un mitin de apoyo a las autoridades.
Los observadores se muestran escépticos sobre el éxito de la misión de Gambari. En su última visita a Myanmar, en mayo de 2006, también le fue permitido reunirse con Suu Kyi, pero una semana después la junta ordenó un año más de arresto domiciliario para la premio Nobel.
Myanmar está regido por militares desde 1962 y hay escasas probabilidades de que la Junta que actualmente gobierna el país entregue el poder a Suu Kyi y su Liga Nacional para la Democracia
Hace una semana se llevaron a cabo importantes desfiles contra el régimen en Rangún, liderados por monjes budistas, que fueron reprimidas violentamente con balas por las fuerzas de seguridad.
Según fuentes oficiales birmanas, por lo menos 13 personas murieron, incluyendo a un periodista japonés, y decenas más resultaron heridas. Pero según diplomáticos occidentales en Rangún, el balance de la violencia es mucho mayor y se efectuaron cientos o incluso miles de arrestos, sobre todo de monjes, de los cuales no hay noticias.
"Pensamos que al menos 30 personas murieron y 1.400 fueron arrestadas" en esta represión, afirmó el martes el ministro australiano de Relaciones Exteriores, Alexander Downer.
Por lo menos 1.000 personas arrestadas la semana pasada fueron llevadas a un campus universitario de Rangún para permanecer detenidas allí, indicaron el martes dos funcionarios, uno birmano y uno de la ONU.
Hasta 1.700 personas, entre las cuales había unos 500 monjes budistas, fueron detenidas en el campus del Instituto Técnico Gubernamental de Rangún, señaló este responsable birmano que solicitó el anonimato. Según esta fuente, en ese grupo había unos 200 mujeres y monjes novicios, uno de los cuales tenía sólo diez años.
En Bangkok, un alto funcionario de la ONU dijo que estaba preocupado por informaciones de que los detenidos ya habían sido conducidos a otro lugar. "Las agencias de la ONU están preocupadas por la suerte de esas personas, las condiciones bajo las cuales se encuentran detenidas, por ejemplo saber si tienen acceso a la Cruz Roja", insistió.
Fuente: AFP y DPA