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segundo en new hampshire

Kasich, la esperanza de los republicanos que desean frenar a Trump

Moderado. El gobernador de Ohio compite en las primarias.
| AFP

Con el lema “América nunca se rinde” y una bandera de los Estados Unidos siempre presente en su campaña, el gobernador de Ohio, John Kasich, irrumpió esta semana en la carrera por llegar a la Casa Blanca, convirtiéndose en la nueva esperanza del establishment republicano. Frente a candidatos con posturas más extremas como el magnate Donald Trump o el senador de Texas, Ted Cruz, Kasich se perfila como una figura más moderada.
Carga con tres décadas de trayectoria, iniciada en los setenta cuando fue asistente de Ronald Reagan. Además, se desempeñó durante casi 20 años como congresista, un recorrido político que no cuenta el joven senador y precandidato Marco Rubio. De esta forma, es considerado el “antídoto” ideal para frenar o vencer a los menos ortodoxos Trump y Cruz.
En tiempos en los que mostrarse enojado con el sistema está de moda, el gobernador de Ohio no acepta la etiqueta de hombre del establishment. “Mi abuelo era minero, mi abuela croata no aprendió inglés, mi padre nos sacó adelante trabajando como cartonero; cuando vienes de ahí, no eres exactamente establishment, sin embargo, tampoco soy anti-establishment”, dijo Kasich en una conferencia de prensa tras las primarias en New Hampshire, donde salió segundo, por debajo de Trump.
Durante su periodo como gobernador, aprobó la expansión del seguro médico para los pobres de su Estado, en un contexto donde los republicanos querían trabar el programa sanitario propuesto por el presidente Barack Obama, similar al de Kasich.
Político religioso, que no apoya el matrimonio homosexual; que aboga por un sistema fiscal independiente; por una mayor cobertura sanitaria; Kasich fue Director Operativo de Lehman Brother hasta su quiebra en 2008. Pretende una política exterior más fuerte que no exporte el estilo de vida estadounidense al resto del mundo y es el candidato apoyado por The New York Times en las primarias republicanas.
Pese a no ser favorito en las encuestas, se posiciona como el aspirante capaz de dar el batacazo, gracias a su popularidad en Ohio, un Estado clave en las elecciones.