El líder norcoreano, Kim Jong-un, pidió este jueves a su partido “acelerar los preparativos” para la guerra, incluyendo el programa nuclear, ya que considera que la situación militar se volvió "extrema" luego de las confrontaciones "sin precedentes" de Washington en la península de Corea.
El martes comenzó el plenario del Partido de los Trabajadores, que es el partido gobernante en Corea del Norte que dirige Kim Jong-un, donde se hizo una suerte de balance de lo que ocurrió durante el 2023 y lo que se proyecta para el 2024, en ese sentido la cuestión nuclear ocupa un rol clave.
En el encuentro, Kim Jong-un, nieto del dirigente comunista que batalló con ayuda de la Unión Soviética y de China contra una fuerza multinacional comandada por Estados Unidos, delineó las tareas a desarrollar por el ejército y los sectores de la industria de munición, armas nucleares y defensa civil.
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Sobre las direcciones políticas para el próximo año en esta reunión, Kim dijo que Pyongyang ampliaría la cooperación estratégica con “países antiimperialistas independientes", aludiendo a las críticas por su reciente acercamiento a Pekín y Moscú, y a participar en la "lucha antiimperialista" a escala internacional.
También habló de la necesidad de consolidar aún más las bases organizativa e ideológica del partido y de adaptarse a la situación en desarrollo, ”a pesar de los crecientes desafíos y dificultades".
Corea del Sur, Japón y Estados Unidos intensificaron la cooperación militar en respuesta a las numerosas pruebas de armamento realizadas por Corea del Norte este año, y activaron un sistema para compartir información en tiempo real sobre los lanzamientos de misiles norcoreanos.
Maniobras estadounidenses
Semanas atrás, el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, recibió un submarino equipado con armas nucleares que arribó al puerto de Busan procedente de costas estadounidenses. Un envío que podría traducirse como un "mensaje disuasorio" contra Pyongyang, en medio de las tensiones por el lanzamiento de misiles balísticos (ICBM) y la detención de un militar estadounidense en territorio norcoreano.
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Por otra parte, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), del cual Estados Unidos es uno de los 24 países miembro, dijo la semana pasada que un segundo reactor en la planta nuclear norcoreana de Yongbyon pareció estar en operación, lo que calificó como "profundamente lamentable".
Reuniones con Rusia y China
Pyongyang buscaría así aplicar "fuerte presión" sobre Corea del Sur y Estados Unidos, al tiempo que mantiene relaciones cercanas con sus aliados tradicionales Rusia y China. De hecho, en la reunión partidaria de fines del año pasado, Kim pidió "un aumento exponencial en los arsenales nucleares" del país.
En esa linea, la Casa Blanca reiteró semanas atrás su advertencia a Corea del Norte de que cualquier ataque nuclear contra el país resultaría "en el fin del régimen de Kim”. Una declaración conjunta del Grupo Consultivo Nuclear entre Estados Unidos y Corea del Sur afirmó que un ataque nuclear de Pyongyang contra Seúl "recibirá una respuesta rápida, abrumadora y decisiva".
“Mientras existan armas nucleares en la Tierra, y permanezcan el imperialismo y las maniobras antinorcoreanas de Estados Unidos y sus seguidores, nuestro camino hacia el fortalecimiento de nuestra fuerza nuclear nunca terminará”, dijo el año pasado Kim Jong Un al conocer la decisión de la Asamblea Popular Suprema de aprobar una ley que al país lo declara Estado con armas nucleares.
Kim Jong Un indicó que para que haya algún cambio en su política nuclear, primero sería necesario un cambio en la situación política y militar de la península coreana y a nivel global.
RM / ED
