Pese a las críticas de Estados Unidos, su principal aliado, Israel prometió continuar con los bombardeos y los ataques contra la Franja de Gaza. "Un alto el fuego en este momento sería un regalo a la organización terrorista Hamás y le permitiría volver a amenazar a los habitantes de Israel", sostuvo Eli Cohen, jefe diplomático israelí.
Este jueves, el Consejero de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, viajará a Israel para reunirse con el primer ministro Benjamin Netanyahu. El viaje tiene por objetivo "discutir los últimos acontecimientos" en el conflicto.
Poco después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, dijera que Israel está perdiendo apoyo internacional debido a los "bombardeos indiscriminados" que realiza en la Franja de Gaza, la Asamblea General de Naciones Unidas pidió este martes un alto el fuego humanitario inmediato en la guerra entre Israel y Hamás, luego de que una solicitud similar fuera vetada en el Consejo de Seguridad por Estados Unidos.
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Cabe señalar que las del Consejo de Seguridad son legalmente vinculantes y obligan en teoría al cumplimiento de las partes, mientras que las de la Asamblea General son una declaración moral, política y reflejan una visión global de la guerra.
La misma fue apoyada por 153 (33 más que en octubre) de los 193 países miembros de la ONU, mientras que 23 se abstuvieron y 10 naciones votaron en contra.
Entre quienes rechazaron la propuesta, están, además de Israel y EE UU, dos países europeos, Austria y Chequia, secundados por otros de América Latina, Guatemala y Paraguay, de Oceanía y uno africano, Liberia.
Igualmente, el presidente estadounidense, posteriormente suavizó sus palabras, reiterando su apoyo a Israel y afirmando que "la seguridad de los palestinos inocentes sigue siendo una gran preocupación".
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La ofensiva israelí aumenta y ahoga los hospitales
El peso de la guerra se incrementa debido a la cifra de más de 18.500 muertos a causa de los ataques en el enclave palestino, así como por la cada vez más grave crisis humanitaria que afecta a 1,9 millones de los 2,4 millones de sus habitantes que han sido desplazados por el conflicto, según cifras de Naciones Unidas.
Por otra parte, las lluvias inundaron campos de refugiados, complicando aún más la supervivencia de una población que huyó de sus casas sin sus pertenencias. "El agua se filtró en nuestras tiendas de campaña. No podíamos dormir. Utilizamos piedras y arena" para bloquear el agua, contó a AFP Amine Edwan, quien plantó campamento en Deir al Balah.
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Las precipitaciones tienen lugar mientras medios estadounidenses informan que Israel ya comenzó la operación de inundar con agua de mar el sistema de túneles.
Según israel, el grupo islamita utiliza pasillos subterráneos de hospitales con fines militares y, también, para esconder rehenes.
Asimismo, las organizaciones humanitarias alertan de que, en breve, el asediado territorio estará desbordado por las enfermedades y la hambruna, mientras el sistema de salud está en ruinas y cada vez más colapsado.
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Inclusive, el gobierno de Hamás aseguró este miércoles que sus suministros de vacunas infantiles se agotaron, advirtiendo de las "consecuencias catastróficas".
A la población de Gaza "se le acaba el tiempo y las opciones", declaró Philippe Lazzarini, jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).
Por otra parte, este miércoles, las tropas israelíes tomaron el hospital Kamal Adwan, en el norte del enclave, donde obligaron a todos los hombres, incluidos los médicos, a reunirse en el patio, según denunció el portavoz del Ministerio de Salud del enclave, Ashraf al-Qidra.
"Las fuerzas de ocupación israelíes están asaltando el hospital Kamal Adwan después de asediarlo y bombardearlo durante días (…) Pedimos a Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud y el Comité Internacional de la Cruz Roja que actúen de inmediato para salvar las vidas de quienes se encuentran en el hospital", afirmó al-Qidra.
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Los tanques avanzaron sobre el terreno de la instalación médica, acompañados por intensos bombardeos. Una fuente en el lugar, citada por la agencia AFP, señaló que a algunos miembros del personal de salud les dispararon en el interior del hospital.
Asimismo, la fuente describió que los militares utilizan altavoces para llamar a cualquier persona mayor de 15 años a salir del edificio con las manos en alto.
El centro hospitalario alberga al menos 65 pacientes, incluidos 12 niños en cuidados intensivos, y seis recién nacidos en incubadoras. Además alrededor de 3.000 personas desplazadas se refugian allí, señaló la ONU.
Los temores de una conflagración regional siguen creciendo por las frecuentes escaramuzas en la frontera entre Israel y Líbano, donde se encuentra el movimiento Hezbolá, y por los ataques de otros grupos respaldados por Irán contra las fuerzas estadounidenses y aliadas en Irak y Siria.
