Nueva York – La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó hoy en Nueva York – por abrumadora mayoría– una resolución que condena el embargo comercial y financiero que el gobierno de los Estados Unidos mantiene contra Cuba desde hace casi medio siglo.
Como lo hace anualmente, la Asamblea aprobó el documento, con 184 votos a favor, cuatro en contra –de los Estados Unidos, Israel, Palau e Islas Marshall– y una abstención, de Micronesia.
La resolución fue presentada por el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Felipe Pérez Roque, y se trata de la decimosexta vez consecutiva que el gobierno cubano reclama ante la Asamblea General una resolución que crítica los efectos negativos de las medidas unilaterales de los Estados Unidos y solicita su derogación.
El fallo se produce al mismo tiempo que el gobierno de los Estados Unidos recrudece su posición ante la isla: la semana pasada, el presidente George W. Bush declaró que mantendría el embargo “hasta que cambie la dictadura” y llamó a evitar “el cambio de un dictador por otro” el día que fallezca el líder cubano Fidel Castro.
Pérez Roque afirmó que el bloqueo es hoy el principal obstáculo al desarrollo y bienestar de los cubanos y añadió que pretende "rendir por hambre y enfermedades al pueblo cubano". El canciller responsabilizó al embargo de la falta de acceso a medicamentos. "La delegación de Estados Unidos debería explicar a esta Asamblea por qué los niños cubanos que padecen arritmias son enemigos del gobierno norteamericano".
Asimismo, afirmó que "la brutal guerra económica" que se impone contra Cuba no afecta solamente a los isleños sino que viola el derecho internacional y los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas. De hecho, el funcionario señaló que entre 2006 y 2007, al menos 30 países se vieron afectados por las disposiciones extraterritoriales de la política de bloqueo contra Cuba.
Sin embargo, para el presidente Bush, "el regimen cubano utiliza el embargo de los Estados Unidos como chivo expiatorio de todos los suplicios que padece Cuba". Con todo, la mayoría de los miembros de la ONU piensa lo contrario. El liderazgo de Cuba en el movimiento de países no alineados y la impopularidad internacional de Bush juegan a favor del presidente Fidel Castro en la pugna de la ONU, que ya es un rito de la relación antagónica con los Estados Unidos.
Las sanciones económicas estadounidenses a Cuba datan de 1962, tras la frustrada invasión de Bahía de Cochinos, y fueron impuestas por el entonces presidente estadounidense John Fitzerald Kennedy. Esta fue la primera de una serie de medidas de carácter económico y comercial para aislar al régimen de Castro, a las que siguieron, entre otras, la ley Helms-Burton, la ley Torricelli y las restricciones a los viajes a la isla.
En un discurso ofrecido en el Departamento de Estado hace una semana, Bush se dirigió a los militares cubanos: "Algunos de ustedes son miembros de las Fuerzas Armadas cubanas, la policía, son funcionarios del gobierno. Quizás ustedes creyeron alguna vez en la revolución, ahora pueden ver que ha fracasado".
"Cuando los cubanos se levanten para exigir su libertad, la libertad que merecen, ustedes tienen que tomar una decisión: van a defender a un viejo orden desacreditado usando la fuerza contra su propio pueblo o van a abrazar el deseo de su pueblo de un cambio", dijo Bush.
El año pasado, Estados Unidos adoptó medidas que endurecen todavía más las sanciones y “la persecución extraterritorial de nuestras relaciones con los países que ustedes representan", aseguró Pérez Roque a las delegaciones. A continuación, citó “ejemplos” de los efectos del embargo en los intercambios culturales, las relaciones económicas con terceros países y la adquisición de productos médicos, entre las que señaló la imposibilidad de comprar marcapasos infantiles de la empresa estadounidense Saint-Jude.
Hoy, como respuesta ante el pedido del ministro cubano, el representante de los Estados Unidos, Ronald Godard, argumentó que el embargo a Cuba era un asunto bilateral que no tenía cabida en un foro multilateral como la Asamblea General y subrayó que la isla puede comerciar con el resto de economías del mundo.
Fuente: AFP y DPA