La Fuerza Aérea Brasileña y la Policía Militar de Espíritu Santo continuaban esta tarde la búsqueda de un avión bimotor que desapareció anoche con seis personas a bordo, aparentemente de una misma familia. Entre las hipótesis que se barajan, el brigadier José Carlos Pereira, presidente de Infraero –la compañía que administra los aeropuertos brasileños–, admitió que la avioneta “podría haberse caído al mar”.
Debido a que no hubo ninguna notificación de aterrizaje forzoso y nadie vio caer al Seneca, Pereira –citado hoy por el portal OGlobo.com–, consideró que la posible caída al mar es la explicación más probable del accidente. “El lugar donde la aeronave desapareció es muy habitado, con pequeñas ciudades y villas de pescadores, y nadie vio nada. Eso lleva a creer que (el avión) se haya desviado para el lado derecho de su ruta, o sea, para el mar”, afirmó el brigadier, quien además sostuvo que el océano “es implacable y allí las búsquedas son extremadamente complicadas”.
Desde la madrugada de hoy, los equipos de rescate de la Fuerza Aérea Brasileña están sobrevolando la región donde las torres de control perdieron contacto con la aeronave, cerca de la ciudad de Aracruz, al norte del estado de Espíritu Santo. En caso de que haya caído al mar, las manchas de combustible o aceite podrán indicar a los equipos de búsqueda el punto donde se encuentra.
La aeronave estaba en “situación de aeronavegabilidad suspendida”, según dictaminó la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC). Esto significa que la nave no estaba habilitada para volar, explicó el consultor de seguridad del Sindicato Nacional de Empresas Aéreas (SNEA), Ronaldo Jenkins.
Sin embargo, el funcionario aseguró que podría tratarse “de un problema de funcionamiento o burocrático” y que la situación irregular “pudo haber sido resuelta y no haber entrado todavía al sistema electrónico”.
Según informa el sitio online de Folha do Sao Paulo, la máquina había salido de Río de Janeiro y se dirigía hacia Porto Seguro y debió abastecerse en el aeropuerto de Vitória, donde despegó para perder contacto a los pocos minutos con los controladotes del tráfico aéreo. La Fuerza Aérea Brasileña indicó que tanto un Bandeirante P-95, que salió de Río de Janeiro como un Bandeirante C-95 de un grupo especializado en búsquedas, realizan rastrillajes por la zona de Espíritu Santo.
Según los registros hechos por el aeropuerto de Jacarepaguá, la aeronave pertenecería a un hombre llamado Aldoino Couthino de Souza y sería al aeroclub de la ciudad de San Pablo. Aparentemente, los demás pasajeros serían miembros de una misma familia.