La reina Isabel, conocedora de la crisis económica europea, puso en alquiler las residencias reales de Kensington, Hamton Court y St. James para actividades relacionadas con los Juegos.
Así, mientras algunos sectores del Palacio de Kensington (antigua residencia de Lady Di) fueron alquilados al Comité Olímpico Ruso para llevar a cabo recepciones y actividades culturales, el Palacio de St. James fue alquilado por US$ 46.000 diarios para recepciones de negocios de empresas que tengan “vínculos demostrados con la familia real”. Se encuentra a pocos metros de la cancha de voleibol de playa y de la meta del maratón y de la prueba de ciclismo.
En las afueras de Londres, Isabel II ofreció el inmenso Gran Parque de Windsor, situado junto al castillo de Windsor (donde pasa la mayoría de los fines de semana y sus vacaciones). El espacio se transformó en un camping gigantesco donde las familias podrán instalarse por US$ 61 por noche. El parque está a 45 minutos del centro de Londres, pero a pocos kilómetros de las pruebas de remo y de canotaje.
(*) Especial para Perfil.com