dpa/ap/afp desde Montevideo
En una decisión que podría tensar la relación entre la Argentina y Uruguay, el presidente José “Pepe” Mujica autorizó ayer a la ex pastera Botnia a incrementar su producción. A cambio, el ex guerrillero tupamaro exigió que la fábrica, ahora llamada UPM, implemente mejoras para reducir el impacto ambiental. “La decisión no es simple, está ubicada en la media línea, con un tipo de exigencia para mejora ambiental de la propia compañía y esperando que esas obras se vayan haciendo”, declaró el mandatario.
El jefe de Estado oriental explicó que ese nuevo estándar ambiental apunta a perfeccionar la refrigeración del agua que se vierte en el río y a bajar la cantidad de fósforo. “Te doy para que tú me des, pero si tú no me das, no te doy”, aseguró ayer Mujica. El mandatario uruguayo le comunicará su decisión el próximo lunes a Cristina Fernández de Kirchner. En esa ocasión, ambos presidentes participarán del bautismo de un nuevo barco de Buquebus, llamado Francisco Papa.
El conflicto por la ex pastera Botnia volvió a desembarcar en las dos orillas del río Uruguay en los últimos días, luego de que la Casa Rosada amenazara con pedir a la Corte Internacional de La Haya que evite que la empresa aumente los cupos de producción. Hace más de un año que la autoridad ambiental de Uruguay aprobó la solicitud de UPM para aumentar la fabricación de pasta de celulosa de 1,1 millones de toneladas hasta las 1,3 millones de toneladas.
En tanto, los asambleístas de Gualeguaychú manifestaron ayer su preocupación por la nueva postura de Mujica y por la instalación de una base naval en el río Uruguay. El asambleísta Gustavo Rivollier calificó como una “barbaridad” que se levante “una base militar en países fronterizos hermanos sin ninguna posibilidad de conflicto”. Rivollier agregó, en declaraciones al diario El País, que no se imagina a un uruguayo apuntando un misil a un argentino, ni tampoco al revés.
El ministro de Defensa uruguayo, Eleuterio Fernández Huidobro, había anunciado el jueves que sería un “sueño” construir sobre el río Uruguay, en Fray Bentos, una base naval militar, para custodiar la parte compartida con la Argentina. “En el Ministerio de Defensa y en la Armada Nacional tenemos un sueño, lo digo en el buen sentido de la palabra, de poder construir aquí en la cabecera del puente San Martín una base fluvial de la armada nacional”, afirmó el también ex tupamaro que integra el gobierno de Uruguay. Ese puente transnacional estuvo cortado durante tres años, entre 2007 y 2010, debido a las protestas contra Botnia.
Según los asambleístas de Gualeguaychú, el hecho que Mujica le exija medidas ambientales a la planta indica que “hay contaminación”. Para evaluar las nuevas circunstancias, los ecologistas se reunirán el lunes con el secretario de Medio Ambiente Juan José Mussi y realizarán una asamblea el miércoles.
La tensión bilateral, que podría renacer al final del mandato de Mujica, amenaza la relación de la Argentina con Uruguay.