En el país del Papa, la Iglesia apoya la voluntad de Francisco de buscar una nueva forma de acercamiento a los católicos gays y divorciados. Ese es el eje que atravesará las respuestas desde la Argentina a la encuesta consultiva que el Pontífice envió a las Conferencias Episcopales de todo el mundo sobre matrimonio y familia. Así, Jorge Bergoglio cuenta con el respaldo de su “cuna” para avanzar en una apertura sin que ello implique modificar la doctrina eclesiástica.
El Episcopado argentino está trabajando en el informe que mandará a Roma antes de fines de enero. Las autoridades episcopales enviaron la encuesta papal –que consta de 39 preguntas sobre temas sensibles como el divorcio y las uniones entre personas del mismo sexo– a los obispos de todo el país con la sugerencia de que también consulten a los fieles. Aunque cada diócesis tiene libertad para elaborar las respuestas como lo crea conveniente, lo que se espera es que éstas surjan de los consejos pastorales integrados por sacerdotes y feligreses.
La fecha límite es el 20 de diciembre, cuando el Episcopado recibirá la información del país entero. A partir de ella se elaborará una síntesis nacional que llegará a manos del Papa. La comisión encargada de centralizar y procesar todos los datos será la de Pastoral Familiar, presidida por el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik.
Los resultados de todo el mundo serán la base sobre la que trabajará el sínodo extraordinario sobre la familia que Francisco convocó para octubre de 2014. “Que sea extraordinario significa que el tema que quiere tratar el Papa, familia y matrimonio, es importante y urgente en la consecución de definiciones –dijo Stanovnik a PERFIL–. El objetivo del cuestionario es relevar la situación en la línea que quiere Francisco, de una Iglesia más participativa y colegiada”.
La principal problemática que se plantea en la encuesta es cómo debe relacionarse la Iglesia con los católicos homosexuales y divorciados. “Cuando leímos las preguntas, no nos sorprendimos: no hablan de nada que no sea una realidad con la que tenemos trato frecuente y que es motivo de conversación desde hace tiempo –reconoció Stanovnik–. El Papa propone tratar un tema que él mismo vivió en Buenos Aires y en la Argentina”.
Aunque la consulta no se propone abrir un debate sobre la doctrina eclesiástica acerca del matrimonio y la familia, la Iglesia argentina “celebra y acompaña” la decisión de Bergoglio de buscar “un modo más eficaz y humano de acercamiento a realidades que no se encuadran en la enseñanza eclesiástica, para que esos fieles no se alejen de la Iglesia”.
Una de las preguntas que figuran en la encuesta papal es: “¿Qué atención pastoral es posible desarrollar en relación a las personas que han elegido vivir según el tipo de uniones civiles entre personas del mismo sexo?”. Según Stanovnik, “la Iglesia no puede hacer cambios sobre estas uniones porque no puede ir contra la palabra del Señor, pero sí puede buscar el modo de acercarse a estos fieles, que siguen siendo hijos de Dios, con un corazón maternal”.
En la práctica esto supone, por ejemplo, establecer una línea eclesiástica acerca de cómo los católicos gays deben rezar o cómo deben llevar adelante la educación religiosa de sus hijos. “Esto no significa que la Iglesia bendiga los matrimonios entre personas del mismo sexo, pero partimos de la realidad de que en la Argentina eso es civilmente posible y no discutimos la ley aunque no estamos de acuerdo con ella”, aclaró el titular de la Pastoral Familiar.
Quien marcó el rumbo en torno a este tema fue el propio Francisco, cuando en julio, al regresar de la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil, declaró: “Si una persona es gay y busca al Señor, ¿quién soy yo para juzgarlo?”.
El divorcio es otra de las realidades que preocupa a la Iglesia argentina: las autoridades eclesiásticas estiman que más de la mitad de los fieles que se casan, se separan. En el cuestionario se pregunta: “¿Podría ofrecer realmente un aporte positivo a la solución de las problemáticas de las personas implicadas la agilización de la praxis canónica en orden al reconocimiento de la declaración de nulidad del vínculo matrimonial?”. Traducción: el Papa quiere saber si sería conveniente facilitar la comunión de los divorciados vueltos a casar. En base a las conversaciones en las diócesis y entre obispos, Stanovnik cree que en la Argentina hay “predisposición” a ofrecer “posibilidades más cercanas de comulgar a estos fieles”.
La encuesta se inscribe en la voluntad de Francisco de encarar transformaciones que mejoren la imagen de la Iglesia. “Siempre debe ser reformada, porque sus miembros son pecadores y necesitan convertirse”, sostuvo Bergoglio este mes. El apoyo desde su tierra natal le llegará pronto.