Por una extraña enfermedad que fue detectada en no más de tres personas en todo el mundo, una joven texana de 21 años que no es anoréxica pesa tan solo 27 kilos. Lizzie Velasquez impresiona por su frágil anatomía, que la acompaña desde que nació con un kilo de peso.
Según publicó el diario inglés Daily Mail, Lizzie come cada 15 minutos, pero no logra aumentar su peso. Y a pesar de que ingiere entre 5.000 y 8.000 calorías por día, nunca pudo sobrepasar la barrera de los 27 kilos.
"Me peso regularmente y si gano una libra me emociono mucho", aseguró la joven estadounidense. "Como pequeñas porciones de patatas fritas, dulces, chocolate, pizza, pollo, pasteles, facturas, helados, fideos y tartas durante todo el día... así que me resulta bastante molesto que la gente me tilde de anoréxica", explicó al diario inglés.
Lizzie nació prematuramente cuatro semanas antes de la fecha prevista. En aquel momento, los médicos le dijeron a Rita, su madre, que no sabían como la pequeña había podido sobrevivir con tan poco peso.
"Teníamos que comprarle ropa de muñecas de una tienda de juguetes porque la ropa de bebé le quedaba demasiado grande", repasó Rita, y recordó que "los médicos nos dijeron que nunca podría hablar, caminar o tener una vida normal". Sin embargo, y a pesar de la palabra de los especialistas, tanto el cerebro como los órganos y los huesos de Lizzie se desarrollaron con normalidad, pese a su pequeño tamaño. Si bien no hay un diagnóstico claro, los médicos creen que se puede tratar del Síndrome Progeroide Neonatal, que causa un envejecimiento acelerado y la pérdida continua de peso.