Desde Roma
Los delitos “no tienen fundamento”. Con esta explicación, la Cámara de Apelaciones de Milán anuló ayer la condena a siete años de prisión que Silvio Berlusconi había recibido de un tribunal de primer grado por incitar a la prostitución de menores.
Il Cavaliere supo del fallo mientras cumplía su condena por fraude fiscal prestando servicios sociales en un geriátrico a las afueras de Milán.
“Estoy emocionado. Sólo aquellos que han estado cerca de mí en estos años saben lo que he sufrido por una acusación injusta e infame”, afirmó en una nota divulgada por sus colaboradores.
El ex premier había recibido en junio de 2013 una condena en primer grado por abuso de poder e incitación a la prostitución de menores por el caso de Ruby Robacorazones, el nombre artístico de la marroquí Karima El Mahroug. El tribunal condenó a Berlusconi por tener sexo a cambio de dinero con Ruby, sabiendo que la chica tenía 16 años, en 2010. Como agravante, cuando la menor fue detenida, utilizó su influencia, telefoneando a un jefe policial, para que la liberaran. Esa sentencia, que también inhabilitaba al ex premier de por vida para ejercer un cargo público, ya no tiene validez.
Si bien Berlusconi eludió el contacto con la prensa y se limitó a la nota que divulgó, su principal asesor político, Giuliano Ferrara, director del diario Il Foglio, dijo a PERFIL que “se trata de una absolución integral. Es una gran noticia porque quiere decir que Italia no es un país perdido, es un país que todavía funciona”.
Los magistrados tienen hasta octubre para argumentar su decisión, por ahora sólo se sabe que lo han absuelto del delito de abuso de poder porque “no tiene fundamento” y del de prostitución de menores “porque el hecho no constituye delito”.
Ferrara, que en su juventud fue comunista, admitió que Berlusconi solía reunirse en su lujosa residencia de Arcore, en Milán, con mujeres jóvenes que, según muchas denuncias, eran “contratadas” por sus colaboradores. “Lo que pasaba en Arcore lo sabemos todos. A él no le gusta jugar a las cartas con gente de su edad, le gusta organizar fiestas divertidas, donde hay también jovencitas que ven en él a un hombre importante, poderoso y tal vez habrá alguna que le haya coqueteado, lo que no está prohibido”.
Al conocerse el fallo, Ferrara telefoneó a Berlusconi. “Me contestó desde el geriátrico donde está cumpliendo los trabajos sociales, en Milán,
de donde sería bueno que se fueran Ilda la Roja y sus amigos del tribunal que lo condenaron”.
La fiscal Ilda Bocassini, llamada la Roja por su cabellera y porque Berlusconi y sus aliados la consideran de izquierda, fue la protagonista central del proceso que derivó en la condena del ex premier por el caso de Ruby.