En Chile, la revolución tiene cara de mujer. Melissa Sepúlveda, la nueva presidente de la poderosa Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), es la sucesora de la diputada Camila Vallejo.
Con un estilo combativo, la dirigente anarquista se desmarca de su antecesora, defiende la autonomía del movimiento estudiantil y dispara contra Michelle Bachelet, la gran favorita para triunfar en el ballottage del 15 de diciembre.
“Bachelet forma parte del establishment político que consolidó el modelo neoliberal. Toda la Concertación fue una pieza clave para mantener y consolidar el modelo neoliberal chileno”, explicó la joven de 23 años a PERFIL.
En 2014, los estudiantes, con Sepúlveda a la cabeza, prometen recuperar las calles. “En Chile existe un cierre institucional dado por la Constitución de 1980 de Augusto Pinochet. Después de ocho años de la revolución pingüina, la institucionalidad no dio respuestas porque lamentablemente el poder político está subordinado al poder empresarial”, dijo la estudiante de Medicina.
¿Camila traicionó al movimiento estudiantil al institucionalizarse?
No es una traición. Entiendo cuál es la apuesta del Partido Comunista al interior de la Nueva Mayoría. Pero no la comparto. Dudo de la capacidad que tengan para torcerle el brazo a sectores conservadores como la Democracia Cristiana. Yo no voté, pero en caso de hacerlo no lo hubiera hecho por Camila Vallejo.
¿Los estudiantes utilizaron el conflicto para tener un lugar en el Congreso?
En política uno puede juzgar un poco si son inocentes o si son culpables, si hay intenciones o si hay buena voluntad. Pero que hayan tenido una candidatura y hayan hablado de educación forma parte del proceso de movilización social y del fortalecimiento de la organización estudiantil. Al interior del movimiento hay partidos y hay apuestas estratégicas diferentes. Los estudiantes decidimos mantener la autonomía para ganar nuestras demandas.
¿Hubiera sido peligroso perder esa autonomía a manos del futuro gobierno?
Sí. Hoy en día nos enfrentamos a un escenario complejo. Se está hablando de fortalecimiento de las instituciones públicas, gratuidad, fin al lucro en la educación, pero no en los términos que ha puesto el movimiento estudiantil, y ésa es la crítica que le hacemos a Bachelet.
¿Sos optimista o pesimista con respecto a un gobierno de Bachelet?
Las esperanzas están puestas en la fuerza del movimiento social y no en el próximo gobierno. Soy optimista en el sentido de que creo que el movimiento tiene la capacidad para pensar en profundidad la educación que queremos en Chile. La demanda de los estudiantes no es sólo gratuidad, sino la transformación de todo el sistema educativo. Cuando hablamos de educación hablamos de qué sociedad queremos. Y eso es algo muy importante.
¿Qué actitud tomarán los estudiantes si gana Bachelet o Evelyn Matthei?
La voluntad es continuar la movilización. El conflicto estudiantil está más vigente que nunca. Saldremos a las calles gane quien gane.