A medida que transcurren las horas se conocen más escalofriantes detalles sobre la masacre en la escuela primaria de Connecticut en donde un joven de 20 años, identificado como Adam Lanza mató a 28 personas, la mayoría de ellos menores de 10 años.
El jefe de medicina forense de Connecticut, Wayner Carver, señaló esta mañana que “todas las heridas que analicé fueron realizadas con arma larga” en alusión al rifle automático de tipo militar que fue hallado en la escena. Además detalló que la mayoría de los niños “recibieron más de un disparo”.
Los investigadores se encuentran trabajando en el lugar de la masacre para poder entender que fue lo que lo llevó al joven de 20 años de edad a matar a sangre fría a 28 personas en la escuela primaria de Connecticut.
Según publicó la agencia de noticias AFP, la mamá de Adam, Nancy lanza que fue asesinada por su hijo en su casa, no trabajaba en el lugar tal como se dijo en las primeras horas, hecho que alertó a los
investigadores. Es por eso que están tratando de determinar cuál fue el motivo que llevó al joven a abrir fuego contra la escuela primaria.
Una de las hipótesis que se están analizando que conecta a Adam con la escena de la masacre, es que Lanza habría asistido a la escuela primara Sandy cuando era niño. Sin embargo, no hay ninguna explicación de por qué abrió fuego en ese lugar.
Los hechos. Lanza disparó y mató a su madre Nancy, en la casa en la que compartían. Luego se dirigió a la escuela en el auto de su hermano, con al menos tres armas. Entró y comenzó la tragedia. En sólo cuestión de minutos, mató a 20 niños, seis adultos y luego, se suicidó.
Las autoridades a cargo de la investigación señalaron que Lanza no tenía antecedentes penales. Según se pudo saber, el asesino había sido diagnosticado con el trastorno de Asperger, el cual es una forma leve de autismo que suele mostrar dificultades en la interacción social. Así mismo, las personas que padecen esta patología suelen ser muy inteligentes.
Sin embargo según sostienen los expertos, no existe ninguna evidencia que demuestre un vínculo entre el trastorno con un comportamiento violento.