INTERNACIONAL
tras acercamiento con ee.uu.

La OEA desarrollará un proceso gradual para la reinserción de Cuba

Siglo XXI. El secretario político pide dejar atrás la Guerra Fría.
| Cedoc

Desde San Pablo

Los avances en el diálogo Cuba-Estados Unidos han creado una situación un tanto curiosa: La Habana tiene su embajada en Washington antes de tener a un embajador ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), que se ubicaría en la misma ciudad. Así lo señaló a PERFIL el secretario de la institución americana, el mexicano Francisco Javier Guerrero Aguirre. Doctor en Derecho Internacional, Guerrero fue designado por el nuevo secretario general de la organización, Luis Almagro, ex canciller de Uruguay.
Para Guerrero, el acercamiento entre Cuba y EE.UU., y, especialmente, la reapertura de sus respectivas embajadas, son “hechos históricos”. ¿Y la OEA? En 2009, Raúl Castro defendió el fin de la entidad y rechazó la posibilidad de que el país se reintegrara. Hoy no piensa lo mismo.

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“Almagro prometió una agenda de trabajo para la reinserción de Cuba, con condiciones para el acercamiento, durante la Asamblea General de la OEA. El proceso tendrá que ser gradual y muy respetuoso del tiempo y de las decisiones de Cuba”, explicó Guerrero a PERFIL. “Pero sólo cuando se cumplan los aspectos históricos y técnicos (Cuba será reintegrada a la OEA). No quiero poner fechas específicas”, completó.
A pesar de Cuba estar suspendida de la OEA desde 1962, cuando se declaró comunista, su silla en el Consejo Permanente permanece, aunque vacía. En principio, además de las negociaciones técnicas, su gobierno y la OEA van a tener que negociar que La Habana incorpore los tratados, acuerdos y resoluciones adoptados por los miembros de la organización los últimos 53 años. Entre ellos, la Carta Democrática, de 2001, y la Carta Social, de 2012. Acomodar el régimen de Cuba a los términos de la Carta Democrática Interamericana, que impiden la participación en la OEA de un país que haya roto su orden democrático, va a exigir un cierto contorsionismo de los negociadores. Las dictaduras vividas en países como Brasil, Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay fueron anteriores a la Carta.

Según Guerrero, Almagro quiere impulsar el “renacimiento” de la OEA a partir de una reevaluación de sus objetivos estratégicos y de la incorporación de nuevos temas, como la participación de las ONGs. Considera que mantener a la OEA atada al pasado de la Guerra Fría sería un error.
“Los últimos eventos deben ser vistos con buenos ojos. Hay un mejor nivel de representación en la OEA. La organización debe adoptar una visión del siglo XXI, con total respeto a la diversidad”, dijo Guerrero, consultado sobre la adecuación de Cuba a la Carta Democrática.