INTERNACIONAL

La solución de Dilma para salir de la crisis

Plantea un plebiscito para realizar una profunda reforma política.

Rousseff, durante la reunión con los gobernadores en el palacio de Planalto en Brasilia.
| AFP

La presidenta Dilma Rousseff propuso este lunes un plebiscito para hacer una reforma política en Brasil y anunció nuevas inversiones por 25.000 millones de dólares para el transporte público, en un intento por calmar las históricas protestas que sacudieron el país en las últimas dos semanas.

El alto costo del transporte público y su mala calidad fue lo que desató hace dos semanas las manifestaciones en plena Copa Confederaciones, una antesala para el Mundial de fútbol del año próximo.

Rousseff recibió el lunes por primera vez a líderes de los manifestantes, que corroboraron que "la lucha continuará", y luego a los 27 gobernadores y los 26 alcaldes de las capitales estatales. Rousseff propuso un plebiscito que autorice una Asamblea Constituyente destinada a aprobar una "amplia" reforma política.

La reforma política, que nunca recibió el apoyo de los partidos, busca poner fin a problemas endémicos en la política brasileña como escándalos de corrupción, financiación no declarada de campañas y partidos, y proliferación de fuerzas con representación casi nula en el Congreso.

Las manifestaciones que llevaron a más de un millón de personas a las calles el jueves denuncian la corrupción y fustigan a los políticos, tras años de escándalos de desvíos de fondos que han quedado impunes. En respuesta a otro reclamo de las calles, Rousseff propuso una ley que castigue la corrupción "con penas mucho más severas" y la haga equivalente a un "crimen hediondo".

Rousseff dijo también que el gobierno destinará "50.000 millones de reales (unos 25.000 millones de dólares) para nuevas inversiones en obras de movilidad urbana" y "mejorar el transporte público". Hay que "hacer más metros, más tranvías y corredores expresos de autobuses", dijo.

"Las calles dicen que quieren servicios públicos de calidad, mecanismos más eficientes contra la corrupción", dijo la presidenta, quien propuso cinco pactos a gobernadores y alcaldes aliados y opositores en las áreas de educación, salud, transportes, reforma política y "responsabilidad fiscal, para garantizar la estabilidad económica y el control de la inflación". La convocatoria a un plebiscito "depende del Congreso", ya que "es la única institución que puede autorizar un plebiscito", precisó.

Los principales partidos de la oposición, entre estos el conservador DEM y el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), consideraron en una nota conjunta que esas propuestas "desvían el foco" de lo que los brasileños quieren y que la presidenta "no asumió sus responsabilidades y no abordó los problemas sociales".

En las redes sociales, los manifestantes se debatían entre la esperanza y el escepticismo, aunque eran más positivos que tras el discurso de Rousseff a la nación el viernes pasado.

Las protestas, que tomaron a todos por sorpresa, comenzaron contra el aumento del precio del transporte urbano, y se extendieron por todo el país por mejores servicios públicos y contra los millonarios gastos públicos en el Mundial 2014 y la Copa Confederaciones en curso. Las protestas continuaron este lunes, con menos intensidad que en los días anteriores, aunque 10.000 se manifestaron en Porto Alegre (sur) y unos 2.000 en Rio de Janeiro.

Dos mujeres que participaban en una protesta fallecieron el lunes al ser atropelladas en una carretera en el municipio de Cristalina, a 70 km de Brasilia, elevando a cuatro el saldo de muertes accidentales en las manifestaciones, dijo la policía a la AFP.