Estados Unidos volvió a conocer la violencia política. A cinco días del recambio de autoridades en el Capitolio se produjo un hecho que muchos presentían podría pasar y finalmente ocurrió.
Luego de un año electoral con enormes tensiones y discusiones, en las cuales conservadores y miembros del partido demócrata se enfrentaban en constantes diatribas, la violencia tomó cuerpo en un Estado como Arizona, donde se sabe que el Tea Party –la agrupación enfrentada a los Demócratas y con ideas conservadoras- tiene gran cantidad de adherentes y fanáticos seguidores. Allí mismo donde se persiguió a los latinos indocumentados con una ley ciertamente compleja, en ese mismo ámbito, ocurrió la masacre que algunos creían podría pasar.
Y tuvo que ser contra una diputada nacional Demócrata representante de ese mismo Estado de Arizona, Gabrielle Giffords, mientras estaba compartiendo con vecinos un acto político en un supermercado local de Tucson. Recibió un balazo en la cabeza, de un arma semiautomática de parte de un joven que se acercó al lugar donde la legisladora presentaba sus planes ya que iniciaba su tercer período en el Congreso. En noviembre, Giffords logró mantener su banca gracias a un margen de votos mínimo.
El atacante -que fue detenido- es un joven de 20 años de edad, de raza blanca, rubio y de pelo corto. Disparó e hirió a 18 personas, mató a al menos 5, entre ellas un Juez Federal (John Roll) presente en el acto y a una niña de 9 años. La legisladora a estas horas peleaba por su vida, operada en un hospital cercano.
El presidente Barack Obama dijo que se comunicó con la gobernadora de Arizona y con los líderes de bancadas en la Cámara de Representantes, tanto Demócratas como Republicanos. La noticia generó un impacto enorme en los medios norteamericanos, en la política y en el público. Por Twitter y en varios blogs muchos analistas culpaban por este desastre a Sarah Palin y al Tea Party, haciéndolos responsables directos por la lamentable violencia. Se sabe que la legisladora Giffords se enfrentó varias veces contra los “conservadores”, y que era una solitaria voz en Arizona que defendía las políticas del presidente Obama. Su marido es un militar de la fuerza aérea, inclusive astronauta.
“Giffords es amiga personal, la conozco muy bien”, dijo el presidente Obama en un mensaje dirigido a toda la Nación a dos horas de que se conocieran los graves incidentes: “Lo único que le puedo pedir a los norteamericanos es que oremos por los muertos y heridos en esta enorme tragedia”. Y agregó: “No me sorprende que Gaby esté haciendo lo que siempre hace. Conversar con los vecinos, oír sus voces, sus necesidades. Esa es la esencia de nuestra democracia. Por eso ésto es una tragedia, no solo para los que la sufrieron. Es una tragedia para Arizona y para todo Estados Unidos”.
(*) especial para Perfil.com