“Fracasan porque están acostumbrados a escuchar las órdenes en hebreo y no en inglés”, le comentaron fuentes militares estadounidense al diario español El Mundo.
Los generales del ejército estadounidense están convencidos de que para que los perros funcionen tan eficazmente como lo hacen en Israel, deben volverse “bilingües” y, para eso, son entrenados durante varias horas todos los días por un soldado que se convierte en su guía (y que ni piensa en aprender a decir "sit" en hebreo).
Con un receptor de radio en el collar, el perro es el primero en ingresar a lugares peligrosos. Llevan una cámara filmadora en la espalda, que permite que los soldados vean cuántos milicianos hay y qué tipo de armas llevan.
Cuando alguno de los canes muere durante una misión, los soldados estadounidenses tienen un sector especial del cementerio destinado para él. Según dicen, el vínculo entre el perro y el soldado guía es muy fuerte: "el animal se convierte en uno más de la familia", relatan.
Los 96 perros de la unidad anti-explosivos israelí fueron adquiridos en 2004, por 4 mil dólares cada uno.