Las imágenes de lo que Gustav dejó a su paso

Responsables del estado de Luisiana aseguraron ayer que el huracán Gustav dejó al menos siete muertos a su paso por la costa estadounidense, elevando a más de cien el número de víctimas mortales que dejó el huracán, indicaron hoy los medios locales.

Un anterior balance del paso de Gustav -que se debilitó convirtiéndose en una tormenta tropical tras pasar al oeste de Nueva Orleans- cifró en 77 las víctimas en Haití y en 96, el total en el Caribe.

Responsables citados hoy por los medios estadounidenses señalaron que cuatro personas murieron en accidentes durante las operaciones de evacuación, mientras que tres heridos hospitalizados en estado crítico fallecieron mientras eran evacuados de los centros médicos de la zona.

El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, afirmó que la información sobre la muerte de los tres pacientes "no está confirmada". Sin embargo, la cadena televisiva CNN informó en su página internet que los pacientes murieron mientras esperaban la llegada de ambulancias aéreas para evacuarlos desde el sur de Luisiana. CNN citó como fuente a Richard Zuschlag, presidente y director general de la empresa Acadian Ambulance.

Los fuertes vientos y lluvias de Gustav golpearon las costas del golfo de México ayer pero no rompieron los diques que protegen la ciudad de Nueva Orleans. Su paso coincidió casi exactamente con el tercer aniversario del paso del ciclón Katrina.

Funcionarios de Nueva Orleans dijeron que el sistema de diques estaba "en buenas condiciones y aguantando", pese a que aún no se había terminado su reconstrucción luego de que en 2005 las aguas generadas por Katrina lo destruyeran.

Gustav tocó tierra en una costa desploblada al sur de Nueva Orleans como huracán categoría 2, con vientos de 175 km/h. Tres horas después, el ciclón se degradó a categoría 1, informó el Centro Nacional de Huracanes estadounidense (NHC).

Pero a diferencia de lo que ocurrió hace tres años, la ciudad ahora estaba casi desierta, tras la evacuación forzosa de 2 millones de personas ordenada por las autoridades.

El presidente George W. Bush viajó ayer a Austin, Texas, para verificar desde allí la respuesta gubernamental. Bush afirmó que la coordinación de los trabajos de socorro ha sido mucho mejor que la de hace tres años, aunque advirtió: "La tormenta todavía no pasó, es un acontecimiento serio".

El huracán tiene, además, consecuencias económicas y políticas. La producción de petróleo en la región del Golfo fue suspendida y el Partido Republicano redujo la agenda de su convención nacional, que debe proclamar a John McCain como candidato presidencial.

Por su parte, el candidato presidencial demócrata Barack Obama reemplazó el lunes un discurso previsto en Detroit, Michigan por un llamado a la unidad para ayudar a las posibles víctimas de Gustav. "Hay un tiempo para discutir sobre política, pero también hay un momento para unirnos como estadounidenses", dijo ante un grupo de militantes.

Mientras tanto, los habitantes del estado de Florida esperan la llegada de la tormenta tropical Ike, la novena de la temporada.