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Las mujeres turcas salen a protestar en contra de Erdogan

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Al grito de “Cállate, Erdogan, ahora hablan las mujeres”, miles de madres de familia y trabajadoras protagonizaron ayer otra ola de protestas masivas contra el gobierno de Turquía en varias ciudades del país. Aunque las manifestaciones comenzaron como un rechazo a la decisión de las autoridades de eliminar una plaza popular en el centro de Estambul, pronto derivaron en una queja de las mujeres, los jóvenes y otros sectores contra el “autoritarismo” del premier Recep Tayyip Erdogan.

Las marchas en Turquía son un fenómeno inédito desde que Erdogan llegó al poder, hace una década. Los manifestantes se quejan de lo que consideran un giro retrógrado del gobierno en materia cultural y social, y reclaman una mayor apertura de la democracia islámica moderada que rige en el país. Aunque esta vez no reprimieron a los opositores como la semana pasada, las autoridades convocaron a sus partidarios a disputar la presencia en las calles.

Las mujeres son uno de los sectores más irritados por las acciones del gobierno. Ayer organizaron una marcha reivindicativa femenina hasta la emblemática plaza Taksim para destacar su papel en las movilizaciones. Las consignas mezclaban la militancia de género con el humor. “Corre, Tayyp, que vienen las mujeres”, rezaban algunos carteles.

“La gente está enfadada con el primer ministro, pero las mujeres están más enfadadas aún, porque desde hace diez años son el blanco de ataque de todos sus discursos, como cuando quiso prohibir el aborto o dijo que las mujeres debíamos tener tres hijos”, explicó una manifestante.
Otra de las quejas es que el gobierno se queda de brazos cruzados ante el acoso a las mujeres en el espacio laboral. “En la oficina tienes que ir ‘decente’, muy seria, más vale no reírse en voz alta si quieres que te respeten”, lamentó otra de las damas que marcharon ayer en Estambul.

El parque Gezi, que el gobierno ahora se propone eliminar, funciona como un espacio de liberación en el que las jóvenes podían bailar sin que las juzgaran.

Los manifestantes critican al primer ministro por su ejercicio autoritario del poder y lo acusan de querer islamizar la sociedad turca. Erdogan recibe críticas en su país y en el extranjero por la brutalidad con que la policía reprimió a los manifestantes. El premier suavizó el viernes el discurso de firmeza que mantenía desde hace varios días contra los manifestantes, a los que había calificado como vándalos y extremistas.